lunes, enero 6

Expansión inmobiliaria en el Poniente de Mérida amenaza a los ecosistemas acuíferos

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La expansión inmobiliaria en el Poniente de Mérida está generando preocupación entre ejidatarios y grupos ambientalistas, quienes advierten sobre el impacto negativo que tendría en los ecosistemas acuíferos de Ucú. Estos territorios, caracterizados por su biodiversidad y la presencia de importantes cuerpos de agua subterráneos, enfrentan la amenaza de convertirse en espacios urbanizados, poniendo en riesgo la sostenibilidad ambiental de la región.

De acuerdo con el Grupo Promotor de la Contraloría Autónoma del Agua, empresarios inmobiliarios buscan apropiarse de unas 500 hectáreas de tierras ejidales, muchas de las cuales albergan ecosistemas vitales como el ojo de agua Sak Luk, la aguada Chanjulu y diversas oquedades que son fuente de agua para la fauna local.

“Estos ecosistemas no sólo sostienen la biodiversidad de la zona, sino que también son esenciales para el equilibrio ambiental. Si permitimos su destrucción, el impacto será irreversible”, advirtió Cuauhtémoc Jacobo Femat, representante de la agrupación.

Actualmente, se encuentra en proceso de consulta pública la aprobación de un proyecto habitacional que contempla la construcción de 343 viviendas en un área de 6.3 hectáreas. Sin embargo, los opositores al desarrollo denuncian que este proyecto es sólo la punta del iceberg en los planes de urbanización de la zona, que podrían extenderse significativamente en los próximos años.

El conflicto ha dividido a la comunidad ejidal de Ucú. Mientras algunos ejidatarios se oponen rotundamente a la venta de tierras por considerar que traería consecuencias irreparables para el medio ambiente, otros están a favor, influenciados por las posibles ganancias económicas.

“Los ejidatarios que se venden han olvidado la historia de la lucha por la tierra; los acostumbraron a estirar la mano”, lamentó Jacobo Femat, quien también denunció presuntos actos de corrupción por parte de autoridades ejidales, quienes estarían promoviendo la venta de terrenos a favor de los intereses inmobiliarios.

Los ambientalistas advierten que los daños no sólo afectarían a los ecosistemas acuíferos, sino que también podrían alterar el estilo de vida de las comunidades locales, que dependen de estos recursos naturales. Además, destacan que la urbanización descontrolada en el Poniente de Mérida incrementa la presión sobre el ya frágil equilibrio del manto freático y pone en riesgo el abastecimiento de agua limpia para la región.

Ante esta situación, los grupos ambientalistas han hecho un llamado a las autoridades correspondientes para que prioricen la conservación del medio ambiente sobre el desarrollo urbano desmedido. Asimismo, han solicitado que la consulta pública sobre el proyecto habitacional sea un proceso transparente, que tome en cuenta el impacto ambiental y la opinión de los habitantes de la región.

Nota original aquí

Fuente: PorEsto!

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