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Expansión insostenible: alertan por crecimiento urbano desordenado en Yucatán

La planeación urbana en Yucatán frente al aumento de la población ha sido señalada como poco efectiva y con resultados mixtos, consideró Daniel Antonio Magaña Lozano, presidente del Colegio de Diseñadores del Hábitat y Urbanistas de Yucatán, al evaluar la efectividad del ordenamiento territorial

por ST
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La planeación urbana en Yucatán frente al aumento de la población ha sido señalada como poco efectiva y con resultados mixtos, consideró Daniel Antonio Magaña Lozano, presidente del Colegio de Diseñadores del Hábitat y Urbanistas de Yucatán, al evaluar la efectividad del ordenamiento territorial.

La principal crítica es que el crecimiento ha sido disperso, distante y desconectado del bienestar social, favoreciendo un modelo insostenible a largo plazo.

Aunque existen instrumentos de planeación, estos son percibidos como demasiado flexibles ante la presión del interés privado, apunta el especialista.

El modelo de expansión periférica es, además, financieramente inviable debido al alto costo de llevar infraestructura y servicios a zonas tan dispersas.

“El sector privado es, sin duda, el principal motor de la expansión urbana en Yucatán”, explicó. “Los desarrolladores impulsan la expansión mediante la creación de fraccionamientos, a menudo sobre terrenos ejidales que han cambiado de uso de suelo. Su modelo de negocio prioriza la vivienda horizontal de baja densidad en las periferias, donde la tierra es más barata, lo que incrementa la dispersión”.

La crítica central es que construir lejos de los servicios contribuye a la segregación territorial y a la desigualdad en el acceso a la calidad de vida de los habitantes.

El dirigente del Colegio de Diseñadores del Hábitat señaló que, para 2025, Yucatán tiene varias ciudades con peso regional. Si se habla de concentraciones urbanas y centros de relevancia, las localidades clave son Mérida —la capital y principal polo—, Valladolid, Tizimín y Progreso.

También deben considerarse los municipios conurbados y cabeceras regionales como Kanasín, Umán y Motul, que experimentan un crecimiento acelerado

En kilómetros cuadrados, las manchas urbanas yucatecas han crecido de manera sostenida. El aumento se mide en centenares de kilómetros cuadrados y se concentra en la zona metropolitana de Mérida.

Un estudio regional de la Península de Yucatán documenta que la superficie urbana total se incrementó en unos 882 kilómetros cuadrados entre 1990 y 2019, con Yucatán concentrando buena parte de esa expansión.

En Mérida, la mancha urbana se ha extendido y se estima que el área urbanizada alcanza unos 340.94 kilómetros cuadrados a 2023.

Este crecimiento ha sido desordenado y de baja densidad, caracterizado por una expansión horizontal acelerada.

La expansión se dirige principalmente hacia el norte y el poniente, englobando comisarías como Caucel, Dzityá, Cholul y Temozón Norte. También avanza sobre municipios conurbados como Conkal, Kanasín y Umán.

Ciudades medias como Valladolid, Progreso y Tizimín actúan como centros regionales de crecimiento.

El tipo de desarrollo dominante es la vivienda horizontal de baja densidad, visible en grandes fraccionamientos y conjuntos habitacionales cerrados en la periferia, muchos sobre antiguos terrenos ejidales.

En el norte de Mérida y en la costa —más en Progreso— se observa un énfasis en vivienda de lujo y proyectos inmobiliarios turísticos.

El crecimiento disperso y de baja densidad genera una inequidad espacial severa. Los nuevos desarrollos en la periferia a menudo carecen de infraestructura básica como agua potable, alcantarillado y pavimentación.

Esta situación es crítica, ya que la dependencia de fosas sépticas y la falta de tratamiento de aguas residuales ejercen una presión peligrosa sobre el acuífero kárstico, la principal fuente de agua de la Península, expresó Magaña Lozano.

A esto se suma la movilidad deficiente: al incrementarse las distancias, el transporte público se vuelve insuficiente y obliga a una mayor dependencia del vehículo particular, añadió.

El crecimiento en ciudades como Progreso, Valladolid o Tizimín añade riesgos particulares.

En Progreso, por su ubicación costera, la vulnerabilidad ante ciclones, huracanes e inundaciones es alta, y la expansión descontrolada presiona ecosistemas y zonas de riesgo.

En Valladolid la principal amenaza es la saturación de servicios debido al rápido aumento poblacional, además del riesgo de afectar su patrimonio histórico si la planeación es deficiente

En Tizimín los riesgos se relacionan con el cambio climático —como la desertificación— y con la posible afectación de zonas ganaderas y áreas naturales si el desarrollo urbano no se controla.

El crecimiento urbano en Yucatán es rápido, disperso y de baja densidad, impulsado mayormente por el sector privado. Este modelo es insostenible: genera presión ambiental sobre el acuífero y crea inequidad espacial y déficit de servicios básicos en las periferias.

Ante la insuficiencia de la planeación actual, el Colegio de Diseñadores del Hábitat y Urbanistas de Yucatán se posiciona como un actor clave para profesionalizar la gestión.

La organización podría incidir de manera decisiva al exigir infraestructura vital —como alcantarillado— antes de autorizar nuevos desarrollos, promover la densificación en lugar de la dispersión y fungir como un contrapeso técnico y ético que garantice que el crecimiento se alinee con el bienestar público y la sostenibilidad ambiental, y no solo con el interés inmobiliario.— CLAUDIA SIERRA MEDINA

DiariodeYucatan

Yucatán Crecimiento

Yucatán afronta retos en lo referente a la planeación urbana, señala un experto.

Rápido y disperso

El crecimiento urbano en Yucatán es rápido, disperso y de baja densidad, impulsado mayormente por el sector privado. Este modelo es insostenible: genera presión ambiental sobre el acuífero y crea inequidad espacial y déficit de servicios básicos en las periferias. Ante la insuficiencia de la planeación actual, el Colegio de Diseñadores del Hábitat y Urbanistas de Yucatán se posiciona como un actor clave para profesionalizar la gestión.

Infraestructura vital

La organización podría incidir de manera decisiva al exigir infraestructura vital —como alcantarillado— antes de autorizar nuevos desarrollos, promover la densificación en lugar de la dispersión y fungir como un contrapeso técnico y ético que garantice que el crecimiento se alinee con el bienestar público y la sostenibilidad ambiental, y no solo con el interés inmobiliario.

Nota original aquí https://www.yucatan.com.mx/merida/2025/11/17/expansion-insostenible-alertan-por-crecimiento-urbano-desordenado-en-yucatan.html

Fuente: Diario de Yucatán

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