sábado, noviembre 23

Explorarán ‘las entrañas’ de El Castillo, en Chichén Itzá, con detector de rayos cósmicos

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El proyecto pretende comprobar la existencia de alguna cámara oculta.

Un proyecto en el que participan la UNAM, la Fundación Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, el Fermi National Accelerator Laboratory (Fermilab) y las universidades Dominican y de Virginia, estudiará “las entrañas” de El Castillo en Chichén Itzá con el fin de comprobar la existencia de alguna cámara oculta en la segunda subestructura del edificio.

A partir del próximo verano, especialistas trabajarán en la radiografía de la pirámide de Kukulcán como parte del proyecto NAUM, siglas en inglés de Muografía para usos Arqueológicos No Invasiva.

Para lograr el objetivo se usarán detectores de rayos cósmicos, una técnica que también fue utilizada por el científico estadunidense Luis Álvarez en la pirámide de Giza, en Egipto, hace poco más de medio siglo, y por Arturo Menchaca Rocha, ex director del Instituto de Física de la UNAM en la pirámide del Sol, en Teotihuacan.

Menchaca Rocha y Edmundo García Solís, profesor e investigador de la Universidad Estatal de Chicago (CSU), Estados Unidos compartieron con Gaceta UNAM que tras el registro de las dos cámaras ya conocidas de la subestructura uno, denominadas del Jaguar y de Chac Mool se decidió realizar el nuevo escaneo.

La investigación cuenta con la aprobación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el financiamiento de la UNAM, pero el dispositivo todavía no se encuentra listo. Está siendo construido en Chicago y antes de colocarlo en Chichen Itzá será probado en las instalaciones del Instituto de Física de la Máxima Casa de Estudios.

Una vez que llegue al sitio arqueológico maya, la “radiografía” de El Castillo tardará seis meses en completarse.

Rayos cósmicos

La técnica usada en la pirámide de Kukulcán usa un detector que contiene plástico centellador que produce una señal de luz cada vez que lo atraviesa un muon, que son partículas con carga eléctrica negativa como el electrón, pero con una masa más de 200 veces mayor.

“Los rayos cósmicos que llegan a nuestro planeta desde el Universo están compuestos en 90 por ciento por núcleos de hidrógeno (protones). Este tipo de radiación posee una energía tal que al bombardear la atmósfera terrestre se producen otras partículas. Inicialmente se trata de los llamados piones, de cuyo rápido decaimiento resultan los muones. Estos últimos son partículas penetrantes que constituyen la radiación de origen cósmico, cargada eléctricamente, y más abundante, que incide sobre la superficie terrestre”, explica la UNAM.

Al hacer el escaneo de la estructura de Chichén Itzá es probable que el detector encuentre alguna irregularidad y eso hablaría de un cambio de densidad en la estructura de la construcción que puede ser una cámara o un hueco.

Esas señales serán enviadas a las universidades participantes para su análisis.

La UNAM se encargará de la estructura mecánica y soporte del detector.

Fuentes: La Jornada Maya.

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