martes, abril 1

Fenómenos climáticos impulsan pobreza

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Según el Banco Mundial, 31.2% de la población en México está expuesta, al menos, a un tipo de fenómeno climático severo, y 7.7% a 2 tipos extremos

Los fenómenos meteorológicos extremos son un tipo de revés que los hogares enfrentan con cada vez mayor frecuencia debido al cambio climático.

Derivado de ello, se ha estimado que al menos un tercio de la población mexicana es vulnerable a la pobreza debido a fenómenos relacionados con el clima.

De acuerdo con un informe del Banco Mundial, 31.2% de la población en México se encuentra expuesta al menos a un tipo de fenómeno climático severo, y un 7.7% adicional al menos a dos tipos de fenómenos climáticos de alta intensidad.

La investigación detalla que sólo cerca de un tercio de estas personas expuestas se encuentra en una situación de pobreza.

«Una gran proporción de los no pobres también está expuesta a fenómenos climáticos extremos; y, en el caso de algunos riesgos, los no pobres tienen mayor exposición que los pobres. Los hogares que no son pobres son vulnerables a fenómenos climáticos extremos y pueden caer en pobreza debido a estos fenómenos. Los hogares que son pobres y están expuestos pueden profundizar su situación de pobreza debido a un impacto climático”, advierte.

En este contexto, plantea que las políticas públicas deben adoptar medidas no sólo para reducir la pobreza, sino también para reducir la vulnerabilidad a la pobreza, ya que, si produce un choque, éste puede revertir los avances alcanzados.

«Esto amplía el enfoque de las políticas hacia la clase vulnerable y media, considerables grupos de la población en un país de ingresos medios altos como México, que se encuentran expuestos a los peligros de los fenómenos climáticos”, añade.

LA VULNERABILIDAD DE LA POBLACIÓN MEXICANA A LA POBREZA POR FENÓMENOS CLIMÁTICOS

La vulnerabilidad a la pobreza debido a fenómenos climáticos se enfoca en identificar a la población que puede caer en una situación de pobreza debido a pérdidas de ingresos o activos asociadas a impactos climáticos.

«Los daños a la vivienda debidos a fenómenos climáticos afectan la protección de las familias, pero también las fuentes de generación de ingresos. En los casos más graves, las pérdidas de vivienda pueden provocar migraciones y, por consiguiente, repercusiones de los fenómenos climáticos de una región al resto del país o incluso a otros países”, ejemplifica.

El reporte indica que invertir en servicios de saneamiento, carreteras rurales y acceso a servicios financieros, en particular en las zonas rurales, es una acción de política que permitiría afrontar las privaciones en términos de vulnerabilidad física.

«Las inversiones en mejoras de vivienda, pero también en otras formas de infraestructura pública como caminos rurales y saneamiento, que ayudan a hacer frente a los desastres climáticos tendrán un doble impacto en la reducción de la pobreza a través de la reducción de las carencias sociales asociadas a la vivienda de calidad y la vulnerabilidad a la pobreza debido a los desastres climáticos”, expone.

Agrega que el desarrollo de una protección social adaptativa abordaría la necesidad de contar con un sistema de seguridad social que responda a los crecientes riesgos climáticos.

«La protección social adaptativa se concentra en desarrollar resiliencia a los riesgos mediante el diseño de mecanismos de protección social para hacerles frente antes, durante y después de que estos ocurran”, refiere.

Para ello, considera, que se requiere de una identificación distinta de los beneficiarios, no sólo los pobres, sino también los vulnerables, la ubicación y tipo de impacto y el tamaño de la transferencia requerida.

Según la investigación, casi la totalidad del territorio mexicano enfrenta altos porcentajes de población expuesta a fenómenos climáticos extremos.

POBLACIÓN EXPUESTA A HURACANES DE ALTA INTENSIDAD

Más de 50% de la población se encuentra expuesto a una alta probabilidad de huracanes severos en los municipios costeros de Yucatán y Quintana Roo, y Baja California Sur, Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán y Guerrero.

Por otro lado, altos porcentajes de la población están expuestos a sequías graves en la meseta central de Chihuahua, Durango, Zacatecas y San Luis Potosí; y llanuras al este de la Sierra Madre Oriental en Nuevo León y Tamaulipas, así como en múltiples municipios pequeños en Puebla, Oaxaca y Chiapas.

El reporte del Banco Mundial menciona que las inundaciones son menos frecuentes y más dispersas en el territorio, concentrándose en Tabasco y los municipios costeros de Guerrero y Michoacán.

Las olas de calor, en tanto, afectan a grandes proporciones de la población en los municipios costeros de Baja California, Sonora, Sinaloa y Nayarit, en la costa del Pacífico; Tamaulipas, Veracruz y Tabasco en el Golfo de México, y Quintana Roo en la costa del Atlántico.

Los deslizamientos de tierra se concentran en las sierras de Querétaro, Puebla, Oaxaca y Michoacán en el centro del país; Chiapas en el sur y partes de Jalisco y Zacatecas al noroeste.

Destaca que si se cuentan por separado, el peligro que afecta a más personas son las olas de calor, toda vez que casi 21 millones de personas se encuentran expuestas. A esto le siguen las sequías, las cuales afectan a 14.7 millones de personas, los deslizamientos de tierra con 8.8 millones de personas, las inundaciones con 7.7 millones y los ciclones con 7.5 millones.

Fuente: Excélsior

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