Fernando Villavicencio, candidato a la presidencia de Ecuador, es asesinado en un acto de campaña
Villavicencio era uno de ocho aspirantes presidenciales en las elecciones que se celebrarán en unos días.
Un candidato a la presidencia de Ecuador que había sido muy crítico al hablar sobre los vínculos entre el crimen organizado y las autoridades del gobierno fue asesinado el miércoles en un mitin político en la capital, a solo días de unas elecciones que se proyectaba que estuvieran dominadas por la preocupación de la violencia relacionada con las drogas.
El candidato, Fernando Villavicencio, quien había sido periodista, recibió disparos afuera de una secundaria en Quito después de hablarle a un grupo de simpatizantes jóvenes.
“Inmediatamente que él salió”, dijo Carlos Figueroa, quien trabajaba en la campaña de Villavicencio y estaba en el mitin, “comenzó una balacera”. Y agregó: “Le dispararon varias veces, y en la cabeza. No pudieron los médicos hacer absolutamente nada”.
Villavicencio, de 59 años, figuraba en una posición intermedia en las encuestas sobre los ocho aspirantes a la presidencia. Era uno de los candidatos más vocales sobre el crimen y la corrupción estatal.
Fue el primer asesinato de un candidato presidencial en Ecuador y se produjo menos de un mes después de que el alcalde de Manta, una ciudad portuaria, fuera asesinado durante una aparición pública. Ecuador, otrora una nación relativamente segura, ha sido consumida por la violencia relacionada con el narcotráfico en los últimos cinco años.
“Indignado y consternado por el asesinato”, escribió el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, en la plataforma X, antes conocida como Twitter, la tarde del miércoles, culpando de la muerte del candidato al “crimen organizado”.
La Fiscalía General de Ecuador anunció una hora después, en la misma plataforma, que un sospechoso había sido aprehendido y herido en un fuego cruzado con el personal de seguridad, y poco después falleció.
Otras nueve personas recibieron disparos en la refriega, según la fiscalía, entre ellos, dos policías y una candidata a la Asamblea Nacional.
El suceso consternó a un país que ya estaba conmocionado por una profunda crisis económica e inquietud política y social.
Ecuador, en el borde occidental de Sudamérica, fue testigo de una transformación asombrosa entre 2005 y 2015, cuando millones de personas salieron de la pobreza gracias al auge petrolero cuyas ganancias se invirtieron en educación, atención médica y otros programas sociales.
Sin embargo, más recientemente, el país se ha transformado por la actividad del narcotráfico, cada vez más poderoso, un escenario en el que carteles de las drogas extranjeros han unido fuerzas con pandillas y prisioneros del país, lo que ha derivado en una ola de violencia sin precedentes en la historia reciente de Ecuador. La tasa de homicidios está a un nivel récord.
Actualmente, la violencia es a menudo visceral y pública, con la intención de generar miedo y ejercer control: hay informes habituales de coches bomba, decapitaciones y niños que reciben disparos afuera de sus escuelas.
La situación se tornó más complicada después de que Lasso disolvió en mayo la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, una medida drástica que tomó ante la posibilidad de ser destituido por acusaciones de malversación de fondos.
Esa medida, que está permitida por la Constitución, significaba que se celebrarían nuevas elecciones presidenciales y para asambleístas. Los comicios en los que Villavicencio iba a contender están programados para el 20 de agosto.
Villavicencio, quien fue periodista, activista y legislador, alcanzó fama como opositor al correísmo, el movimiento de izquierda liderado por el expresidente Rafael Correa, quien gobernó de 2007 a 2017 y aún tiene influencia política en el país.
En 2017 se postuló a la Asamblea Nacional y ganó; se desempeñaba como asambleísta hasta que la legislatura fue disuelta este año por Lasso.
Fuentes: The New York Times.