La tradicional «subida» de la imagen a su nicho marcó el cierre de estos días de intensa devoción que congregaron tanto a habitantes como a visitantes de comunidades cercanas.
La jornada culminante fue encabezada por el párroco Aarón Esteban Sánchez Bobadilla en la parroquia de la Inmaculada Concepción, donde se celebró una misa solemne. Al finalizar, los 12 gremios participantes recorrieron las calles del pueblo en una procesión acompañada por cantos, rezos, estandartes y una atmósfera de profundo respeto espiritual.
Durante varios días, los gremios organizaron actividades religiosas que incluyeron oraciones, ofrendas y cantos, consolidando esta celebración como uno de los eventos más significativos en la vida religiosa del pueblo. Cada grupo contribuyó con entusiasmo a mantener viva esta tradición que, más allá de su carácter litúrgico, representa un fuerte vínculo de identidad y hermandad.
Vecinos y visitantes caminaron junto a la imagen cargando velas, flores y estandartes, transformando las calles en un escenario de fe compartida. Las familias participaron con alegría, generando un ambiente donde, según los creyentes, se hizo sentir la cercanía divina en medio del pueblo.
Con la entronización final del Cristo del Amor en su nicho, la comunidad concluyó este tiempo de celebración con un sentimiento de agradecimiento y renovación espiritual. Los gremios se despidieron reafirmando su compromiso de preservar esta expresión de fe y transmitirla a las nuevas generaciones.
La venerada imagen del Cristo del Amor permanece como símbolo de bendición, unidad y esperanza para los habitantes de Chocholá, reafirmando año con año su lugar central en la vida religiosa y cultural del municipio.
Redacción: Yucatánalamano.