Con este evento la comuna pretende reactivar economía de la zona
Con la participación de cuatro chicharronerías arrancó este sábado la sexta edición del Festival de la Chicharra de Xcalachén, evento con el que la comuna meridana pretende reactivar la economía de esta emblemática zona de la capital yucateca.
Desde las 11 de la mañana personas de todos los rincones de la ciudad comenzaron a apersonarse en el área, ávidas de degustar este apreciado platillo yucateco. La gente de Xcalachén hizo lo propio; y recibió gustosamente la visita.
Pasado el mediodía, las inmediaciones del añejo barrio lucían atiborradas de comensales que caminaban la busca de un sitio para departir con su familia. A las 13 horas, el director de Desarrollo Económico y Turismo del ayuntamiento, José Luis Martínez Semerena, cortó el listón inaugural.
Como en ediciones anteriores, las calles de Xcalachén lucieron los grafitis de artistas urbanos que plasmaron su obra sobre sus paredes. Motivos de naturaleza y derechos humanos amenizaron la “chicharreada” para la concurrencia.
Bajo los toldos dispuestos sobre la calle 64 del segundo cuadro del Centro Histórico de Mérida se distribuyeron varias mesas coronadas con la estrella de la tarde: La chicharra. Entre el polomo, el entresijo y la maciza, la gente disfrutó el Festival.
Alrededor de Xcalachén hay cuatro -o más- expendios de cerveza; y a las afueras de todos se formaron largas filas de sedientos clientes. De acuerdo al Servicio Meteorológico Nacional (SMN) la ciudad registró 37 grados; pero la sensación térmica sobrepasó esta cifra.
El reloj marcaba las 15 horas cuando varios de los improvisados puestos vecinales anunciaron que “ya no les quedaba nada”. Ni flanes; ni bolis; ni micheladas. Los establecimientos de chicharra, por el contrario, no se daban abasto.
“Me parece una iniciativa muy acertada, estamos vendiendo muy bien y se nota que a la gente le gusta el evento; míralos cómo están bailando”, señaló una vendedora de chicharra mientras, a unos metros, se poblaba la pista de baile.
Fuente: La Jornada Maya/Juan Manuel Contreras