viernes, noviembre 29

Grupo Xcaret pagó centavos por hectáreas donde intenta construir un megaparque en Yucatán

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La Asociación Mexicana de Estudios sobre Karts denunció que Grupo Xcaret pagó a precios de regalo, a menos de un peso por hectárea, los terrenos donde hoy pretende construir un megaparque de “diversiones” cerca de la zona arqueológica de Uxmal, lo que de entrada ya causa sospechas sobre el bienestar que puede generar la edificación del complejo ecoturístico.

Además, reveló que, como parte de su modus operandi, los empresarios, acaudillados por Miguel Quintana Pali, adquirieron terrenos en un polígono que, si bien está en Santa Elena, colinda con Muna, con la idea de que cuando surja algún conflicto, ellos sigan construyendo mientras los municipios “se pasan la bolita”.

La titular de la organización no gubernamental (ONG), Yameli Aguilar Duarte, también científica del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap), citó ambas irregularidades que incluyen en un documento que entregaron a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para advertir del año ecológico que causará el proyecto ecoturístico.

Como hemos informado, Greenpeace México presentó el 19 de julio pasado ante la Semarnat una serie de comentarios y alertas respecto a la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del megaproyecto de infraestructura turística que la familia Quintana en el municipio de Santa Elena. En plena selva maya, en una zona de influencia de la Reserva Estatal Biocultural del Puuc, se contempla la construcción de nueve hoteles de 18 pisos cada uno, el desarrollo de macrolotes en diversas secciones del terreno, en los que pretenden desarrollar más proyectos turísticos y espacios residenciales.

Ahora, la Asociación Mexicana de Estudios sobre Karts se sumó a las voces de alerta del megaproyecto que Grupo Xcaret pretende construir en Santa Elena: su presidenta, Yameli Aguilar Duarte, advierte ese complejo turístico agravará el problema de la contaminación y escasez de agua en el Sur de Yucatán, y generará una sobreproducción de residuos sólidos y líquidos.

Esa asociación civil documentó el impacto negativo del complejo que se quiere levantar cerca de Uxmal, un proyecto que, en opinión de la científica del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap), se presenta como “ecoturístico” pero que no es amigable con el medio ambiente.

Aguilar Duarte explicó que, de entrada, ese proyecto sigue el mismo patrón de anteriores complejos que Grupo Xcaret ha desarrollado en Quintana Roo y en su parque Xibalbá, de Valladolid (cerrado por la Profepa a causa de las violaciones ambientales cometidas en su construcción): escoge ubicaciones con posible traslape territorial, lo cual le permite burlar la ley en casos de problemas limítrofes. “En este caso, aunque el terreno es de Santa Elena colinda con un polígono municipal de Muna. De ese modo, si surgen problemas por estar entre límites municipales, continúan con su fase de construcción mientras las autoridades se tiran la bolita”, observó.

Esos modelos de desarrollo, añadió, se presentan como “ecoturísticos” pero no son compatibles con el medio ambiente porque transforma negativamente su entorno. La Asociación Mexicana de Estudios sobre el Karts entregó a la Secretaría del Medio Ambiente una opinión técnica del estudio de impacto ambiental, porque encontramos muchas irregularidades: si compraron el terreno a menos de un peso por hectárea, ya están evidenciando un despojo a los ejidatarios”, señaló.

También recalcó que, como en Xibalbá, el nuevo proyecto incluye una alteración del entorno subterráneo, para crear cascadas artificiales, túneles, tirolesas y vías para el tránsito motorizado.

“El agua de esa zona de Yucatán no es de buena calidad y ese proyecto demanda un consumo excesivo, el equivalente a 220 pipas con capacidad de 5 mil litros cada una, todos los días”, apuntó.

A la sobreexplotación del manto acuífero, continuó, se le sumará una excesiva generación de residuos sólidos y líquidos. “Esos modelos turísticos se impulsan desde los años 80 en el vecino estado de Quintana Roo, y se extendieron como un cáncer que amenaza a Yucatán”.

La investigadora recalcó que la Península no debe autorizar ese tipo de proyectos, que están lejos de respetar la naturaleza.

Nota original aquí

Fuente: PorEsto!

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