Hallan herbicidas y metales en el pulpo maya en Yucatán
Estudiantes de postgrado del Tecnológico Nacional de México (TecNM), campus Tizimín, encontraron contaminantes de glifosato y metales pesados en ejemplares de pulpo maya. Aunque fueron cantidades pequeñas que el molusco es capaz de eliminar, a largo plazo podrían ocasionar daños a esta pesquería, una de las más importantes de Yucatán.
Los alumnos de la maestría en Ciencias en Agroecosistemas Sostenibles, José Guadalupe Puc Cen y José Alfredo Jiménez Mena, destacaron que los agentes hallados fueron mínimos, por lo que los cefalópodos aún son capaces de eliminarlos sin ser afectados.
“Lo que concluimos es que el pulpo requiere consumir mayor cantidad de energía para eliminar estas sustancias de su organismo. Además, a largo plazo la situación puede tornarse peligrosa y poner en riesgo la actividad pesquera si continúa aumentando el nivel de polución del mar”.
Jiménez Mena se encargó de examinar los tejidos de animales colectados en puertos pesqueros de Lerma, Campeche y San Felipe. En el estudio detectó concentraciones de arsénico (As) desde 50 µg hasta 75 µg; cadmio (Cd) 0.02 µg–1.10 µg; bario (Ba) 31.5 µg–167.38 µg, y cromo (Cr) 0.02 µg–4.0 µg.
Los investigadores realizaron estos estudios para esclarecer los efectos del glifosato y metales pesados en dichos moluscos de la Península de Yucatán, a conciencia de que la caza del pulpo maya (Octopus maya) genera en la región aproximadamente 20 mil empleos, con un valor económico de 2 mil millones de pesos anuales, sin embargo, la especie está siendo perjudicada por la corrupción del océano, así que los especialistas estiman que esta actividad de recolección marina peligra a medio plazo.
Explicaron que el glifosato es un herbicida cuyo uso ha aumentado en todo el mundo, de manera que se está propagando por diferentes medios, entre ellos el agua y el suelo, causando problemas de contaminación.
Asimismo, externaron que los metales pesados son monitoreados constantemente porque su bioacumulación en el tejido de los organismos produce daños crónicos.
Puc Cen y Jiménez Mena apuntaron que en la Península de Yucatán pocos estudios han hallado glifosato o metales pesados en el agua que bebemos, costas u organismos acuáticos, así como en animales y aves marinas. Por ejemplo, un análisis reciente hecho por el Laboratorio en Biotecnología Acuícola y Marina del TecNM, unidad local, encontró residuos del herbicida en cacerolitas de mar (Limulus polyphemus), especie llamada mesh entre los pescadores y catalogada en peligro de extinción.
Igualmente, especialistas de la Unidad Multidisciplinaria de Docencia e Investigación de Sisal de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) encontraron plaguicidas, desechos orgánicos y microplásticos en peces y aves depredadoras de Sisal y Celestún.
Por su parte, Puc Cen señaló que el objetivo de la examinación de moluscos fue averiguar cómo el glifosato afecta a nivel enzimático y energético a ejemplares juveniles de pulpo maya, por lo que se evaluaron diferentes grados de estrés, funcionamiento de enzimas antioxidantes y cuánta energía consumían, también el nivel de oxígeno, por lo que se constató que estos factores hacen que los cefalópodos de edades tempranas gasten más energía y oxígeno de lo habitual; asimismo, se observó que a nivel enzimático el glifosato no daña a los moluscos, debido a que tienen un sistema para protegerse del herbicida, pero emplean mucha energía y consumen más alimento para protegerse de los daños provocados por el agente.
El doctor Juan José Sandoval Gío, docente e investigador del TecNM de Tizimín, dirigió las investigaciones en colaboración con expertos de la UNAM, campus Sisal, y el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Mérida.
Los resultados se han presentado en diversos foros regionales y nacionales, además se enviaron a revistas internacionales para su publicación. Los análisis de este tipo generan conocimiento relevante para una de las principales pesquerías del país y se alinea al Objetivo de Desarrollo Sustentable 14 (ODS), Vida Submarina, para profundizar los conocimientos científicos y reducir elementos contaminantes en el océano.
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Fuente: PorEsto!/Luis Pech