Hay más de 500 enfermedades en medios acuosos; estudio
En un medio como el agua las personas pueden contraer más de 500 enfermedades, aunque las más frecuentes son la diarrea, los problemas respiratorios, el salpullido en la piel y el dolor de oídos y de los ojos.
Temporadas de calor como las que se viven en Yucatán invitan a hacer uso de las piscinas, ya sea en casa o en espacios recreativos, pero hay que tomar medidas de prevención de males que en algunos casos son responsabilidad directa de la persona y no de los prestadores de servicio.
Ya sea que se trate de una piscina privada o de una pública, lo más importante es que se le dé mantenimiento al agua y que esta práctica sea constante, para evitar que algunos padecimientos puedan proliferar.
Y es que estando en un medio acuoso, ya sea la alberca, una tina de hidromasaje, un río, un lago o un mar, los padecimientos que se pueden contraer son más de 500, afirma la doctora María Elena González Álvarez, presidenta del Colegio de Médicos de Yucatán.
Señala que la persona puede enfermar cuando está en el agua y sin querer la traga o la inhala, en el caso de rociadores que ahora usan los niños en forma de juego. Por ello, en las piscinas es importante dar mantenimiento constante al agua y hacerlo en los horarios adecuados, ya que si alguien entra a la piscina cuando recién se limpió es posible que presente reacciones irritativas a causa de las sustancias con las que se da el tratamiento a la alberca. De manera que hay que esperar varias horas después del tratamiento para meterse. Esto puede ser particularmente más riesgoso para personas sensibles.
La doctora González Álvarez manifiesta que uno de los males más comunes que se pueden adquirir en una alberca es la diarrea cuando se traga agua contaminada.
Subraya que hay que mantener adecuado el nivel de acidez del agua para acabar con los microorganismos que pueda contener, y que sí protegen el cloro y otras sustancias que se usan en las albercas, aunque hay que tener cuidado con los niños, adultos mayores y personas inmunodeprimidas, que por su edad o enfermedades son más propensas a alguna infección en el agua.
Enfatiza que, aunado a ello, las personas que están cursando enfermedades respiratorias o diarrea, principalmente esta última, no deben meterse al agua, aunque se aseen, ya que pueden quedar partículas del excremento y contaminar el agua de la piscina o la arena si se encuentran en la playa. Esto puede resultar muy malo, pues otras personas pueden tragar el agua contaminada y enfermarse.
También hay que evitar sentarse en traje de baño directamente al borde de la piscina o en un asiento, y en su lugar colocar sobre éste una toalla, porque los receptáculos de agua están húmedos y pueden ser cultivo de microorganismos.
Vaya al baño
Indica que no se debe orinar en la piscina, sino que siempre se debe salir e ir al baño cuando se sientan ganas, y lavarse bien las manos antes de entrar de nuevo al agua.
La doctora describe que otro mal que puede contraerse en el agua es el sarpullido, por los productos químicos que se usan en la alberca y pueden irritar la piel, en personas más sensibles o a causa de otras alergias previas.
La doctora María Elena González puntualiza que cuando las personas se bañan en una piscina privada es más fácil controlar lo que sucede y vigilar que se tengan cuidados, pero en los balnearios o albercas públicas recreativas es más difícil de controlar, y no se sabe si hay niños con diarrea que están dentro del agua.
La infección de ojos u oídos es común después de estar en el agua, lo recomendable es enjuagarse y secarse bien al salir de la alberca.
Otra situación que se da frecuentemente y que afecta en su mayoría a las mujeres es cuando se deja puesto el traje de baño por muchas horas y la tríada humedad, encierro y calor hace que proliferen los hongos oportunistas. Lo mejor es cambiarse con ropa seca.
Tampoco es recomendable meterse al agua con el período menstrual cuando se usa toalla sanitaria, porque se está contaminando el agua, aunque sí es posible hacerlo con un tampón, pero solo por un rato.— IRIS CEBALLOS ALVARADO
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Fuente: Diario de Yucatán