Mariel Aguayo, coordinadora del Eje Nutricional, explicó que esta estrategia ha permitido ampliar la cobertura, reforzar la prevención y acercar información clara a poblaciones donde usualmente no se cuenta con personal especializado.
La iniciativa opera bajo un modelo de colaboración con los ayuntamientos, que facilita la contratación de nutriólogos originarios o residentes de los mismos municipios. “El nutriólogo da seguimiento mensual a los programas de alimentación y además realiza actividades dirigidas a la comunidad, como la promoción de la lactancia materna o la participación en fechas de salud preventiva, entre ellas el Día Mundial de la Diabetes y el Día Mundial de la Alimentación”, detalló Aguayo.
En comunidades donde los centros de salud o las unidades del IMSS no disponen de especialistas en nutrición, estos profesionales municipales se han convertido en un punto de apoyo confiable y accesible para las familias.
Cercanía cultural, un elemento clave
Aguayo destacó que uno de los principales beneficios es la cercanía cultural entre los nutriólogos y la población. “Muchos de ellos hablan maya, lo que facilita la comunicación y asegura que los mensajes lleguen de manera más efectiva”, comentó.
Sobre los avances logrados, señaló que la labor educativa y preventiva ha contribuido a que la población comprenda mejor la relación entre la alimentación y la salud. “Si desde la infancia se fomenta una buena toma de decisiones en cuanto a la comida, ayudamos a que niñas y niños crezcan con bases más sólidas para cuidar su bienestar”, afirmó.
Redacción: Yucatánalamano.
