El problema de los trabajos informales en Mérida surgió hace 25 años y sigue en aumento por la pobreza laboral que tiene Yucatán, señaló el doctor Gabriel Rodríguez Cedillo, economista y académico de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Yucatán.
Destacó que este problema de la informalidad es estructural dentro del sistema de empleo, lo propician los bajos salarios, la falta de un empleo digno que satisfaga las necesidades de la familia del trabajador y ante la precariedad de los ingresos, la persona prefiere dedicarse a la venta de algo que le deje ingresos adicionales.
“El Diario publicó un indicador muy revelador que refleja el problema de la informalidad: 88 de cada 100 personas que viven en Yucatán son pobres, son datos oficiales del Coneval”, recordó. “Cuando una persona viene a vivir a Mérida desde cualquier otra entidad del país, lo primero que te dice es que Mérida es muy cara”, destacó.
“Súmale a esta carestía los bajos salarios. Dan como resultado una calidad de vida muy baja, con alto índice de pobreza. La tasa de desempleo es baja, pero el empleo es precario y hay una pobreza laboral.
“¿Qué propicia esta pobreza laboral?, pues, te impulsa para que se fortalezca la informalidad.
“Es clásico entre los yucatecos que si ganan muy poco, lo primero que hace es trabajar en sus horas libres de las tardes como albañil, mesero o de plano te dedicas a vender panuchos, tortas, tamalitos, toda clase de artículos para complementar sus gastos”.
¿Qué factores influyen en el auge de esta economía informal en Mérida?
“Es muy claro, la falta de un empleo bien pagado y digno. Ese es el factor principal que propicia esta informalidad.
“Es común ver, además de los vendedores ambulantes, que en las viviendas populares y hasta residenciales, el surgimiento de pequeños establecimientos que no pagan impuestos.
“Si ofreces un trabajo a un informal, le dices que va a trabajar en una empresa más de 48 horas, por un pago máximo de tres salarios mínimos, no acepta. Gana tres o cuatro veces más en su changarro, que en un trabajo formal”.
“Los salarios no son atractivos en Yucatán. El trabajador informal puede disponer de su tiempo, gana más dinero en pocas horas, que trabajar 48 horas semanales en una empresa”, reiteró.
“En Yucatán existe algo que se le conoce como tasa de ocupación crítica. Son los empleos donde el trabajador dedica más de 48 horas a sus labores y siempre gana lo mismo, hasta tres salarios mínimos como máximo.
“Por ello les resulta abrir un puestos tacos de canasta, vender tortas, panuchos, artículos de todo tipo porque todos los días ganan más que si tuvieran una jornada laboral”, señaló el economista.
Clasificaciones del trabajo informal en Yucatán
Dijo que también hay que entender que dentro de la informalidad hay clasificaciones: el vendedor informal que vende para sobrevivir, el informal mediano que establece su actividad informal y quienes son dueños de otros comercios informales.
Hay una estructura jerárquica dentro de la informalidad y hay quienes con esta actividad ilegal hacen mucho dinero.
“La informalidad en Mérida y Yucatán no surgió ahora, lleva más de 25 años que se ha desarrollado.
“Esto demuestra que no hay políticas publicas enfocadas al empleo digno, el empleo se ha deteriorado y la informalidad es una válvula de escape generadora de empleo y subempleo”.
“La iniciativa privada ve la informalidad únicamente por la cuestión de impuestos fiscales, pero el problema es la estructura económica que no ha permitido que surja un desarrollo laboral digno. El mismo sistema laboral te saca a la informalidad y uno tiene que buscar la forma de sobrevivir y recurre al empleo informal”.
También dijo que la informalidad genera empleos vulnerables. Esto se vio en la pandemia de Covid donde los primeros afectados fueron los vendedores de las calles.
Además, los trabajadores informales no tienen una red de protección social. Si a eso se le suma que no gana bien, que no tiene seguridad social y prestaciones, se ahonda la pobreza laboral y la mala calidad de vida, que te lleva a la pobreza o al endeudamiento.
Si un trabajador informal gana 8 mil pesos a la semana en sus ventas, es casi imposible que acepte un puesto de trabajo formal donde ganará 3,500 pesos a la quincena. Ni siquiera en la época decembrina cuando las empresas contratan en forma temporal a una buena cantidad de trabajadores eventuales es atractivo ni tienen algún beneficio con la seguridad social porque no ingresan a la red de protección social completo.
“Hay una precarización laboral en Mérida y Yucatán, esto quiere decir que trabajas más, ganas menos y las prestaciones son mínimas”, señaló.
“Trabajar en una empresa es dar todo tu tiempo del día, si entras a las 9 de la mañana y sales a las 6 de la tarde, ya no tienes otra opción de trabajar en otro lugar.
“Por ello, la gente enseguida abre su tortería o instala su carrito de perros calientes, hamburguesas y fritangas. Con este pequeño negocio ganan hasta 7 mil pesos a la semana y es dueño y dedican pocas horas a la activi-dad”.— Joaquín Chan Caamal
El doctor Gabriel Rodríguez dijo que el índice de miseria es más alto en Yucatán.
Factores que influyen en la informalidad en Yucatán
“Precisamente por el empleo precario alto, la inflación también muy alta y esto afecta la calidad de vida de los trabajadores. Por ejemplo, hay trabajadores bien calificados que hacen más por el mismo sueldo, hay trabajadores que doblan turnos para ganar un poco más o muchos buscan otras plazas laborales donde la paga sea mejor”, apuntó.
“La informalidad (en Yucatán) afecta la calidad de vida de las familias. El trabajador formal debe tener una red de seguridad amplia, asequible y un salario que avance en su poder adquisitivo.
“Eso es tener un empleo digno y que permita desarrollarse, todo lo contrario al empleo precario.
“Se requieren cambios estructurales, una política salarial en Yucatán que permite satisfacer las necesidades del trabajador y que no te lleve a la trampa de pobreza laboral por las deudas”
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Fuente: Diario de Yucatán