viernes, noviembre 22

Joven de Umán decide acabar con su existencia dentro de su casa

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Los suicidios no paran en Yucatán, la segunda semana de noviembre inició con la muerte de un joven de 23 años

La segunda semana de este mes inició con el suicidio de un joven, de 23 años de edad, identificado con las iniciales G.I.M., quien fue encontrado ahorcado en su vivienda ubicada en el fraccionamiento Santa Mónica de Umán.

En este hecho, la cifra de suicidios en lo que va del año en el Estado aumentó a 235, de los cuales 190 son hombre y 42 mujeres, la mayoría de ellos acabaron con su vida por medio del ahorcamiento.

Se supo que G.G., de 22 años de edad, acudió a las 8:15 horas al predio ubicado en la calle 6-A con 21 del citado fraccionamiento, porque su amigo no le respondía las llamadas a su teléfono; sin embargo, lo primero que vio cuando llegó fue que estaba suspendido del cuello.

En su intento por ayudarlo y con la esperanza de que aún podía salvarse lo descolgó y solicitó auxilio, a través de los números de emergencia. Arribaron elementos de la Policía Municipal y paramédicos de Umán; estos últimos valoraron al joven, pero solamente pudieron confirmar que había dejado de existir.

Posteriormente, llegó J.G.M.C., de 57 años de edad y padre del ahora fallecido, quien lo identificó con sus iniciales G.I.M. Los agentes delimitaron la vivienda y dieron parte a las autoridades estatales correspondientes. Acudieron representantes de la Fiscalía General del Estado (FGE) para las indagatorias iniciales y recopilación de evidencias para descartar algún hecho delictivo.

Un caso que mantiene conmocionado a muchos ciudadanos fue el de un niño, llamado Luis y apodado Wichito, de 11 años de edad, quien fue hallado muerto en su domicilio en la comisaría meridana de Caucel Pueblo.

Aunque no se sabe lo que pudo orillar al menor a privarse de la vida, hay indicios de que era víctima de maltrato, además de que arrastraba una historia de abandono, pues se dice que su madre lo abandonó cuando era muy pequeño.

La tragedia en la familia Lara Noh llegó el pasado sábado en la tarde, cuando en su domicilio, ubicado justo atrás de la iglesia del pueblo, el niño se privó de la vida al ahorcarse.

Vecinos del ahora fallecido comentan que Wichito era un niño empático, alegre, trabajador, entre varias de sus cualidades, pero con un triste pasado. De acuerdo con versiones de pobladores, era víctima de la desintegración familiar, porque no vivía con su madre biológica.

Aún era muy niño cuando lo recibieron sus abuelos, ya que su papá tenía que trabajar para poder darle educación. Wichito, se dice, tenía sueños que poco a poco se apagaron por los presuntos maltratos que recibía en su hogar, donde debía sentirse protegido y seguro. Uno de los vecinos, cuyo predio colinda con el de la familia donde vivía el ahora difunto, comentó que hasta su casa se escuchaban los gritos cuando era castigado.

Fuentes: Por Esto.

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