La hipocondría podría ser letal
Un amplio estudio sueco revela una paradoja de la gente diagnosticada con miedo excesivo a la enfermedad: tiende a morir antes que las personas hipervigilantes de sus problemas de salud.
La hipocondría es un trastorno raro, con síntomas que van más allá de la preocupación general de sentirse mal. A estas personas los exámenes físicos y análisis de laboratorio con resultados normales no les disipan sus temores. Algunas cambian frecuentemente de médico. Otras directamente evitan la atención médica.
“Muchos somos hipocondríacos leves. Pero hay gente en el otro extremo del espectro que vive en un estado permanente de preocupación y sufrimiento, y no pueden dejar de pensar que tienen una enfermedad grave”, señala el doctor Jonathan E. Alpert, del Centro Médico Montefiore en Nueva York.
Esta gente sufre y “es importante tomarla en serio y tratarla”, dice Alpert, quien no participó en el estudio.
El tratamiento puede incluir terapia conductual cognoscitiva, técnicas de relajación, educación y a veces fármacos antidepresivos.
Los investigadores hallaron que la gente diagnosticada con hipocondría presenta un riesgo mayor de muerte tanto natural como por causas no naturales, entre ellas el suicidio. El estrés crónico y su impacto sobre el organismo lo explica en parte, escriben los autores.
El estudio, publicado en “JAMA Psychiatry”, se dirige a “una amplia laguna en la literatura”, apunta David Mataix-Cols, del Instituto Karolinska en Suecia, quien encabezó el trabajo.
“Tuvimos suerte”, admite, porque el sistema sueco de clasificación de enfermedades tiene un código particular para la hipocondría, con análisis de datos de miles de personas mayores de 24 años de 1997 a 2020.
Investigaciones anteriores indicaban que el riesgo de suicidio podía ser menor en gente con este trastorno, pero “nuestra intuición, basada en la experiencia clínica, era que esto sería incorrecto”, recuerda Mataix-Cols.
En el estudio, el riesgo de suicidio era cuatro veces mayor que en los diagnosticados con hipocondría.
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Fuente: Diario de Yucatán