Contrario a lo que se pensó en las horas posteriores a la agresión en su contra, el canino que también fue nombrado como Benito era miembro de una familia habitante en el mismo municipio
La agresión en contra de Scooby, un canino que fue arrojado a un cazo con aceite hirviendo en el municipio de Tecámac, Estado de México, indignó a quienes tuvieron noticia de ella. Días después de su muerte, se dio a conocer su historia y sus propietarios aseguraron que no era un perro callejero como se creyó al inicio.
Lucía Martínez Hernández, la jefa de la última familia con la que vivió el canino que era identificado con los nombres de Scooby o Benito, dio a conocer su historia. De acuerdo con su testimonio a diversos medios de comunicación, uno de sus hijos lo salvó de ser sacrificado y decidió llevarlo consigo a su casa para adoptarlo.
El canino tuvo aceptación de la nueva familia y se integró como un miembro más. Una de sus labores cotidianas consistía en hacer compañía a los miembros cuando acudían a realizar cualquier compra en el exterior. De hecho, ese fue el motivo de su encuentro con Sergio “N”, el sujeto que lo arrojó al interior de la olla con líquido en su punto de ebullición.
De acuerdo con Lucía Martínez, el domingo 28 de mayo de 2023 le pidió a su hijo que fuera a realizar algunas compras para preparar el desayuno. El menor acudió a la carnicería para cumplir con el primer encargo de su madre, establecimiento donde su perrito se encontró con otro. Debido a la interacción entre los animales de compañía, Scooby decidió no seguirlo.
Aunque el perro no obedeció a su llamado, el niño decidió acudir a una tienda de abarrotes para completar sus compras sin preocuparse por la compañía de su animal, pues tenía la seguridad de encontrarlo sano y salvo cuando volviera a tener contacto con él. No obstante, cuando se encontraba buscando su producto escuchó el llanto de su perrito.
“Dice que chilló, en lo que él se metió a la tienda a comprar el jabón pegó un gritote el perrito. Pensó ‘ya le pegaron a mi perrito. Ahorita voy a ir a verlo’. Compró su jabón y salió y cuando iba dando la vuelta ya estaban sacando al perrito del cazo”, recordó en entrevista con el noticiero televisivo Mexiquense Noticias.
La mujer no se enteró del incidente sino hasta que su hijo pudo volver a su hogar. En ese momento le contó que Scooby ya no estaría más, pues alguien lo había arrojado al interior de un cazo con líquido caliente. Situación que pudo corroborar posteriormente con el video captado por la cámara de seguridad de uno de los establecimientos aledaños a la carnicería donde fue agredido.
El caso fue turnado a la Fiscalía General de Justicia (FGJ) del Estado de México, institución que abrió una carpeta de investigación para averiguar la identidad y el paradero del hombre responsable del acto violento. Fue así que un juez libró una orden de aprehensión para comprobar su responsabilidad en los hechos. Posteriormente, elementos de la FGJ pudieron encontrarlo y capturarlo en la alcaldía Coyoacán de la Ciudad de México.
El delito de maltrato animal se encuentra contemplado dentro del código penal del Estado de México, en su artículo 235 Bis. De acuerdo con el contenido del apartado, aquella persona que cause lesiones dolosas a cualquier animal con el propósito, o no, de causarle la muerte, se le puede imponer una pena de seis meses a cuatro años de prisión, así como de 150 a 300 días de multa.
Al respecto, Lucía Martínez exigió que el agresor pague por sus acciones, pues consideró como injusto “que le hayan hecho eso a un (ser) inocente (como lo es) un perrito”, ante el medio de comunicación.
Fuentes: Infobae.
Leave a reply
Las noticias más sobresalientes de Yucatán, el Sureste, México y el mundo.
