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La milpa yucateca se queda sin relevo generacional ante crisis del campo

El trabajo en la milpa comienza a perder presencia entre las nuevas generaciones en Yucatán.

por Luis Carmona
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Cada vez más jóvenes optan por buscar empleo en otros sectores, una tendencia que, sumada a las constantes dificultades del campo, pone en riesgo la continuidad de esta actividad tradicional, advirtió el campesino Miguel Can.

El productor explicó que más de una década de malas cosechas ha mermado el ánimo de muchos agricultores, quienes invierten tiempo y recursos sin lograr resultados. Ante la falta de producción y ganancias, varios han decidido abandonar la siembra y dedicarse a otras ocupaciones.

A esta situación se suman los efectos de fenómenos naturales que han golpeado con fuerza al campo yucateco. Sequías prolongadas, huracanes y la presencia de plagas como el gusano cogollero y distintos hongos han provocado pérdidas constantes. En consecuencia, gran parte de lo sembrado no llega a cosecharse y, con ello, también se pierde el acceso a semillas nativas, cada vez más escasas en la región.

Durante el ciclo agrícola anterior, numerosos campesinos optaron por no sembrar milpa. Algunos habían perdido sus semillas y otros simplemente se encontraban desmotivados tras años de resultados negativos. A esto se añadió la irregularidad de las lluvias, que no llegaron en los tiempos esperados y afectaron seriamente el desarrollo de los cultivos.

Raúl Chi, otro agricultor de la zona, señaló que los riesgos comienzan desde el momento de la siembra. Las semillas suelen ser atacadas por hormigas y aves, y cuando la planta brota, debe protegerse de animales silvestres como mapaches, tejones y distintas especies de pájaros. Sin estas precauciones, la milpa puede perderse en poco tiempo. Además, destacó que las condiciones climáticas actuales hacen cada vez más necesario contar con sistemas de riego para lograr la producción de maíz, calabaza, frijol e ibes.

Los campesinos coincidieron en que el desánimo se ha acumulado con los años, especialmente tras ciclos en los que el esfuerzo no rindió frutos. Recordaron que el año pasado, pese a que la milpa había crecido favorablemente, la ausencia total de lluvias terminó por arruinar la cosecha.

La mayor preocupación, señalaron, es que quienes continúan trabajando la tierra son en su mayoría personas de la tercera edad. Los jóvenes, en cambio, muestran poco interés en continuar con la labor agrícola y prefieren estudiar o integrarse a otras actividades económicas, dejando a la milpa sin un relevo generacional claro.

Redacción: Yucatánalamano.

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