Inicio YucatánLa otra cara del empleo en Yucatán: abundan los puestos, pero persisten la informalidad y los ingresos bajos

La otra cara del empleo en Yucatán: abundan los puestos, pero persisten la informalidad y los ingresos bajos

En Yucatán, la mayoría de las personas tiene algún tipo de ocupación, pero eso no significa que cuenten con un empleo digno.

por Luis Carmona
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Aunque las cifras laborales del estado muestran crecimiento, reducción del desempleo y una mayor participación económica, la calidad del trabajo continúa siendo el punto débil.

Los datos del tercer trimestre de 2025 de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo revelan que la población yucateca trabaja más que antes, pero sin que esto se traduzca necesariamente en mejores condiciones de vida.

Un mercado laboral activo, pero desigual

La población de 15 años o más roza los dos millones de habitantes, y cerca del 66 % está integrada al mercado laboral. A simple vista, los números son positivos: más de un millón 249 mil personas cuentan con alguna ocupación y el desempleo se sitúa en 1.5 %, uno de los índices más bajos del país. En apariencia, Yucatán es una entidad donde el empleo abunda.

El peso de la informalidad

Sin embargo, detrás de estos indicadores se esconde una realidad que afecta a la mayoría de los trabajadores. El 58 % de quienes laboran lo hacen en condiciones informales, sin acceso a seguridad social ni prestaciones, y con una alta vulnerabilidad económica.

Buena parte del empleo sigue concentrado en pequeños negocios familiares, talleres, comercios callejeros y servicios básicos donde la estabilidad difícilmente está garantizada. Más de 735 mil personas trabajan sin protección laboral formal.

Jornadas extensas e ingresos insuficientes

Incluso quienes tienen empleo enfrentan obstáculos que impiden mejorar su calidad de vida. Las jornadas regularmente rebasan las 40 horas semanales, una cuarta parte de la población ocupada trabaja más de 48 horas y otro grupo importante apenas cubre menos de 15.

Esta distribución evidencia dos problemas simultáneos: personas que deben extender sus horarios para compensar ingresos limitados y otras que no logran completar una jornada formal por la falta de oportunidades. Aunque la subocupación disminuyó respecto al año anterior, aún afecta a decenas de miles de trabajadores.

Salarios que no alcanzan

El punto más crítico está en los ingresos. Casi la mitad de la fuerza laboral recibe el equivalente a un salario mínimo, y alrededor de un tercio gana entre uno y dos mínimos. Menos del uno por ciento obtiene remuneraciones superiores a cinco salarios mínimos. El resultado: un mercado lleno de empleo, pero con sueldos que no permiten cubrir las necesidades básicas.

La tasa de condiciones críticas de ocupación —que combina ingresos bajos con jornadas insuficientes o excesivas— afecta a uno de cada tres trabajadores. En otras palabras, una parte significativa de la población ocupada vive en situación de precariedad.

El dominio del sector servicios

El modelo productivo del estado explica parte de esta situación. Casi dos tercios de los empleos se encuentran en el sector terciario: comercio, transporte, servicios personales y actividades varias. Aunque absorben rápidamente mano de obra, suelen ofrecer salarios modestos y poca estabilidad.

Mientras tanto, la industria manufacturera muestra un avance limitado. La construcción —tradicionalmente un generador importante de empleo formal— perdió más de 14 mil puestos en comparación con el año anterior. También se redujeron los empleos en hospedaje y preparación de alimentos, actividades vinculadas al turismo. La caída en estos sectores debilita las opciones de trabajos mejor remunerados y fortalece la dependencia del comercio y los servicios de baja paga.

Crecimiento sin bienestar

En conjunto, el panorama muestra un mercado laboral que se expande en número, pero no en calidad. Muchas familias cuentan con trabajo, pero no con estabilidad; laboran más horas, pero sus ingresos permanecen estancados; participan en la economía, pero siguen sin protección social. La recuperación económica no se refleja plenamente en la vida diaria.

Este análisis es apenas la primera parte de una mirada más amplia al empleo en Yucatán. En una siguiente entrega se abordarán las causas estructurales de esta precariedad y las posibles rutas para impulsar trabajos más estables y mejor pagados en la región.

Redacción: Yucatánalamano.

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