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La seguridad no debe darse por sentada en Yucatán; señalan
La percepción del aumento del crimen en Mérida tiene un fundamento real, la seguridad del Estado se está afectando, las cosas se están descomponiendo, dijo Luis Ramírez Carrillo, investigador de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady).
El investigador habló de la creciente ola delictiva que afecta diversas colonias de la ciudad.
“Esta percepción de aumento del crimen responde en lo general a la realidad. Lo podemos ver reflejado en la ola delictiva que actualmente se vive en la colonia Esperanza, que ahora es noticia, pero a la que podemos sumar muchas otras colonias de Mérida”, afirmó el especialista.
“Esta nueva criminalidad empieza a sustentarse con un incremento del pandillerismo y la aparición de las primeras células de operación del crimen organizado”, dijo. “Ya no estamos en la antesala de una nueva criminalidad, está ya entró a Yucatán y que opere con mucha menor fuerza que en otras partes de México no debería ser nuestro consuelo. Estemos todos atentos”, puntualizó.
La seguridad de Mérida no debe darse por sentada, sino ser una construcción constante entre autoridades y ciudadanos, señaló Luis Ramírez Carrillo, investigador de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), al referirse a la creciente ola delictiva que afecta diversas colonias de la ciudad.
Ayer informamos que vecinos de la Esperanza exigieron a las autoridades encargadas de la seguridad en esa colonia, que paren la ola de robos que se da en las últimas semanas, y de la que sospechan son cómplices algunos policías.
Desconfianza en las autoridades
Antes el Diario informó que cada vez son menos los que denuncian cuando les roban o atentan contra su seguridad, pues desconfían de las autoridades.
El investigador dijo que, a propósito de los recientes eventos relacionados con la ola delictiva en la colonia Esperanza, que es solo una muestra del incremento de los delitos, en especial de robo a casa habitación y a comercios en todo Yucatán y en especial en Mérida, cabe hacer varias reflexiones.
“Primero ver los datos duros que ofrece la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción (Envipe) sobre Seguridad Pública de 2024, que con todas sus limitaciones —ya que muchos de sus datos son de 2023— es la fuente oficial más segura, a menos que uno pueda tener acceso directo a los datos de los ministerios públicos de Yucatán”, dijo.
“Hay que ver ¿cómo ha evolucionado la estadística real de Yucatán en cuanto a delitos? Aunque nos vanagloriamos de ser el estado con el mayor índice de seguridad, no lo somos. Ocupamos en 2024 un excelente segundo lugar y nos hemos mantenido entre los primeros cinco lugares más seguros de México los últimos cinco años”.
“La seguridad es, por tanto, uno de los primeros, quizás el más importante, valor colectivo que tiene Yucatán hasta el día de hoy”.
¿Pero qué tan real es esta seguridad?
Y consideró que para responder esa pregunta se tienen que matizar con otros tres grupos de datos para acercarse a la realidad en Yucatán.
“Primero observemos la tasa delictiva; es decir, la cantidad de delitos por cada 100 mil habitantes. Allí ya no nos va tan bien, consideramos todo el 2024 y no solo los datos mensuales de la Secretaría de Seguridad, ocupamos el noveno lugar nacional y el décimo si ajustamos bien las cifras por los 100 mil habitantes del estado, o sea, hay otros nueve estados con menos delitos que nosotros”, afirmó.
Aunque es cierto, continuó, tenemos la menor tasa de delitos de la Península si nos comparamos con Campeche y Quintana Roo, también es cierto que la tasa delictiva ha decrecido ligeramente al mismo ritmo que la nacional.
“Pero si abrimos bien los ojos y dejamos de lado el interés de políticos y empresarios por insistir en que Yucatán es el estado más seguro comparándonos siempre con el resto de México, pero si comparamos a Yucatán consigo mismo con las cifras de los últimos dos años, podemos ver que los delitos sí están aumentando”, indicó.
Ramírez Carrillo precisó que la tasa delictiva aumentó entre 2021 y 2022 un 15.9%, entre 2022 y 2023 subió un 4.3% más y en 2024 continuó la tendencia al aumento.
“En corto sí, en Yucatán tenemos hoy un aumento muy sensible de robos a casa habitación y de fraudes y estafas, aunque otros delitos disminuyan”.
Sin denuncias
Como un segundo punto importante a considerar, el investigador señaló que “la cifra negra de delitos no denunciados y no declarados es muy alta y no ha bajado en 20 años. El 93% de delitos no termina en una denuncia formal, o sea, de cada 100 delitos cometidos en Yucatán solo siete se denuncian legalmente; de éstos, muy pocos se siguen y menos aún se resuelven”.
En su opinión, este número indica la alta imposibilidad de las autoridades de perseguir en realidad al crimen, “pero es más que nada la demostración de la desconfianza de la ciudadanía en que las autoridades los protegerán es muy alta y no ha cambiado en Yucatán en 20 años”.
“En Yucatán la ciudadanía también desconfía de las autoridades y lo ha hecho por mucho tiempo; al parecer las noticias de policías soltando ladrones a vista de los vecinos como sucedió en la colonia Esperanza solo aumentan esta desconfianza”.
El tercer punto, según el investigador, se ve confirmado por la percepción de inseguridad, que es la sensación que tienen los ciudadanos de que pueden ser sujetos, en su casa o en la calle, a un atentado a su seguridad o víctimas de algún delito.
Discurso sobre la seguridad en Yucatán
“El discurso sobre la seguridad en Yucatán se basa en que tenemos una de las mejores percepciones de seguridad, que el año pasado fue de 30.6% contra más de 70% a nivel nacional. Es decir, sólo 30 personas se sintieron inseguras.
Pero ¿esto es poco? ¿Qué estemos más seguros que en el resto de un país como México, cuyas cifras de violencia se asemejan a las de un país en guerra, significa que la inseguridad no es un problema creciente en Yucatán? Creo que sí lo es”, dijo.
Por ejemplo, citó que si se ven las cifras de Mérida se nota que en la ciudad la percepción de inseguridad pasó de 22.2% en diciembre de 2023 a 31.5% en diciembre de 2024, un aumento de casi un 50%.
“Es muy alto. Aunque no significa que necesariamente la realidad corresponda a ese porcentaje, sí es un buen indicador de que las cosas se están descomponiendo, y es que esta percepción no es inventada”, puntualizó.
“Lo anterior se alimenta de tres fuentes: la realidad de que muchos de los que contestan sufrieron delitos en su propia persona, los conocen a personas que les consta lo han sufrido y la información real y también irreal de las redes”.
“Como quiera que sea la percepción se vuelve realidad, cuando la gente empieza a encerrarse en sus casas, a vivir en privadas, o a tomarse la justicia por su propia mano como sucedió recientemente en Tekit”, mencionó.
El entrevistado reiteró que es visible la nueva modalidad de robo en pandilla a casa habitación y a comercios, el aumento del narcomenudeo en múltiples pueblos como el caso de Tekit, Hocabá, Peto, Espita, Valladolid, Izamal, y muchos otros, cuya lista sería larga y cualquiera puede hacer tan solo con revisar la prensa y las redes del último mes de este año.
Nota original aquí
Fuente: Diario de Yucatán