Las heridas en la piel, posible señal de la dermatitis
“La dermatitis atópica no es una enfermedad solo de la piel ni algo solo estético”, dice el doctor Alberto Barragán, gerente de Inflamación e Inmunología de Pfizer México, al hablar de este mal, cuya prevalencia en la población infantil es del 20%.
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria y crónica de la piel que da mucha comezón. “Lo importante es que no es contagiosa, sino que aparecen lesiones en la piel, eritematosas o rojas, que con el tiempo pueden llegar a escamarse de tanto que se puede rascar”, explica el doctor en entrevista con el Diario.
La enfermedad, del cual no hay estadísticas concretas, afecta principalmente a mujeres. De hecho, famosas como la princesa Catalina de Gales y la actriz Elle Fanning han hablado abiertamente de la enfermedad, que padecen desde hace años.
El doctor Barragán señala que al 70% de los niños que padecen dermatitis atópica les desaparece antes de los 16 años, el otro 30% la sigue presentando en la adultez.
La principal característica de la enfermedad es una lesión roja e inflamada y, por ello, si aparece una herida así es importante ir con el dermatólogo. Sin embargo, muchas veces las personas con lesiones de este tipo acuden con un médico de primer contacto que les receta una crema o un antiinflamatorio, o bien siguen consejos no científicos que escuchan de familiares o conocidos.
“Lo ideal es que acudan al dermatólogo para llegar al diagnóstico e iniciar un tratamiento rápidamente”, dice el doctor Barragán.
El experto lamenta que “la mayoría de los pacientes que tienen dermatitis atópica ni siquiera la tienen diagnosticado porque usan cremas que en cierto momento les funcionan, pero no saben que tienen la enfermedad”.
Y es que, dice, muchas veces se piensa que la dermatitis atópica es un problema nada más estético. La realidad es otra: los pacientes llegan a tener manifestaciones fuera de la piel, como atopia, lo que les llevaría a padecer asma, rinitis alérgica y, dependiendo de la gravedad de la situación, incluso presentarían problemas cardiovasculares.
Además, el paciente con dermatitis atópica tiene cuatro veces más probabilidades de sufrir ansiedad, seis veces más de tener depresión, el 44% de quienes la presentan han tenido una idea suicida y el 35% ha intentado quitarse la vida.
Ahora bien, en México existen tratamientos para casos leves, moderados y graves, es decir, qué tanto porcentaje de piel está afectado. Se dividen en tópicos y antiinflamatorios. Si el paciente no responde con ellos, hay técnicas como fototerapia, inmunosupresores y terapias biológicas.
La enfermedad, sin embargo, no tiene cura, solo control. “Pero hay mucho que no conocemos de la enfermedad, como eso de que antes de los 16 años un gran porcentaje de pacientes se puede llegar a ‘curar’; sin embargo, nadie te va a decir que el resto de tu vida no te va a volver a dar”.
Además de la genética, otros factores que podrían detonar la enfermedad son: el calor, la fricción de la piel, la sudoración, la saliva, los químicos que se usan en las albercas, así como la exposición a alérgenos, como los ácaros, la proteína de la leche, el polen y las mascotas, además de factores emocionales.
En ese sentido, dice que es importante estudiar cada caso para tratar los factores que lo detonan.— IVÁN CANUL EK
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Fuente: Diario de Yucatán