Con más de mil millones de usuarios activos en el mundo, y una alta penetración entre adolescentes mexicanos, TikTok no solo está cambiando la forma en que se entretienen los estudiantes, sino también cómo estudian, se concentran y aprenden.
El tiempo frente a la pantalla
Según un estudio de la consultora Statista (2025), los jóvenes mexicanos entre 12 y 18 años pasan en promedio 2.8 horas diarias en TikTok. Si sumamos otras redes como Instagram, YouTube o WhatsApp, el tiempo frente a la pantalla puede superar las 6 horas al día.
Esto no sería un problema si ese tiempo no interfiriera con otras actividades clave: tareas escolares, lectura, descanso, deporte o incluso sueño.
Impacto en la concentración y el aprendizaje
Especialistas en neurociencia advierten que la exposición prolongada a contenido corto y altamente estimulante, como el que ofrece TikTok, afecta la capacidad de atención sostenida.
“El cerebro se adapta a la inmediatez. Por eso, a muchos estudiantes les cuesta mantenerse concentrados en clases largas, textos extensos o actividades que exigen paciencia”, explica la doctora Laura Méndez, psicóloga educativa.
Una investigación de la UNAM (2024) encontró que alumnos que usaban TikTok más de 3 horas al día presentaban un descenso del 12% en su promedio académico, en comparación con quienes no lo usaban o lo hacían menos de una hora diaria.
¿Solo efectos negativos? No necesariamente
Pese a las críticas, algunos profesores y estudiantes han encontrado en TikTok una herramienta pedagógica alternativa. Hay cuentas de divulgación científica, matemáticas, historia y consejos de estudio con millones de seguidores.
“He aprendido más de historia en TikTok que en algunos libros. Solo hay que saber qué cuentas seguir”, comenta Santiago, estudiante de secundaria en Mérida.
En este contexto, algunos docentes han comenzado a integrar TikTok en sus métodos de enseñanza, aprovechando su lenguaje visual y directo para captar la atención de sus alumnos.
¿Qué dicen los expertos en educación?
Para muchos especialistas, el problema no es TikTok, sino el uso desmedido y sin control. El profesor Juan Carlos Ríos, orientador educativo en una secundaria pública, lo resume así:
“No se trata de satanizar la tecnología, sino de educar en su uso responsable. Lo ideal sería que los jóvenes aprendan a autorregular su tiempo en redes y a no permitir que les robe su energía mental”.
¿Qué pueden hacer las familias y escuelas?
- Establecer horarios y límites de uso digital (uso de apps como “Bienestar digital” o “Tiempo en pantalla”).
- Fomentar hábitos de estudio estructurados y tiempos sin pantallas.
- Abrir espacios de diálogo sobre redes, sin juicio, para conocer lo que consumen los jóvenes.
- Enseñar a diferenciar contenido útil del superficial.
TikTok es parte del presente de los jóvenes. Ignorarlo o prohibirlo no es la solución. Entender cómo funciona, cómo los atrae y cómo puede afectar (positiva o negativamente) su rendimiento escolar es el primer paso para formar estudiantes críticos, conectados, pero responsables.
Redacción Yucatánalamano
