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Por Selene Tamayo
La marea roja es un evento natural provocado por la proliferación excesiva de ciertas microalgas, pero su presencia no siempre implica que el agua adquiera tonos rojizos. En ocasiones, el fenómeno pasa desapercibido a la vista, aunque las consecuencias para el ecosistema y para quienes consumen productos del mar pueden ser graves.
De acuerdo con autoridades sanitarias, estas floraciones, conocidas como Floraciones Algales Nocivas (FAN), ocurren cuando el fitoplancton encuentra condiciones favorables para multiplicarse rápidamente y producir toxinas. Dichas sustancias se acumulan en organismos marinos que sirven de alimento al ser humano.
El papel del fitoplancton y los factores que lo impulsan
El fitoplancton es una comunidad microscópica que forma la base de la cadena alimenticia en el mar. Se alimenta de nutrientes presentes en el agua, como nitrógeno y fósforo, y su crecimiento está influenciado por factores ambientales como la temperatura, la luz solar y la concentración de dióxido de carbono.
Cuando este equilibrio natural se altera, algunas especies de microalgas desarrollan toxinas peligrosas. Según especialistas, la sobrecarga de nutrientes en zonas costeras —provenientes de descargas, escurrimientos y procesos naturales— puede detonar la aparición de FAN en cuestión de días.
Cómo afectan a la salud
Durante un evento de marea roja, especies como ostiones, almejas, mejillones y ciertos caracoles marinos pueden concentrar toxinas sin mostrar signos visibles de contaminación. Si estos moluscos son consumidos por personas, las toxinas pueden provocar distintos síndromes de intoxicación, con síntomas que varían según el tipo de compuesto presente.
Las autoridades sanitarias describen que la ingestión de mariscos contaminados puede ocasionar desde malestar estomacal, diarrea y vómito, hasta afecciones más graves como parálisis muscular o pérdida de memoria temporal. La gravedad de los síntomas depende de la cantidad de toxina ingerida y de la sensibilidad de cada persona.
Efectos en la fauna marina y el ambiente
Las microalgas tóxicas no solo representan un riesgo para las personas, sino también para otras especies marinas. Peces, tortugas y aves pueden enfermar o morir tras ingerir organismos contaminados. Esto altera las cadenas alimenticias y provoca desequilibrios ecológicos que pueden tardar semanas o meses en recuperarse.
En eventos intensos, el exceso de algas también reduce el oxígeno disponible en el agua, lo que contribuye a la mortandad de peces y otros organismos acuáticos.
Medidas de prevención y recomendaciones
La Secretaría de Salud y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) mantienen programas de monitoreo en las costas del país para detectar la presencia de FAN y emitir vedas sanitarias cuando es necesario. Estas medidas buscan impedir la captura y venta de productos marinos que representen un riesgo para la población.
Entre las recomendaciones más importantes para la ciudadanía destacan:
Evitar el consumo de mariscos crudos o provenientes de zonas con alerta sanitaria.
No recolectar moluscos ni peces que aparezcan varados en la playa.
Abstenerse de nadar en áreas donde se haya detectado marea roja, ya que el contacto con el agua puede causar irritaciones en la piel, ojos o vías respiratorias.
Un recordatorio de la importancia de la vigilancia
La marea roja es un recordatorio de lo frágiles que son los ecosistemas marinos y de la necesidad de un monitoreo constante. Aunque no siempre sea visible, este fenómeno puede tener efectos significativos en la pesca, el turismo y, sobre todo, en la salud pública.
Mantenerse informado a través de canales oficiales y seguir las indicaciones de las autoridades es la mejor manera de prevenir riesgos durante estos eventos naturales.
