martes, febrero 18

México busca comprarle a armería demandada; Policía Militar cotiza 319 rifles de alto poder

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Si la Sedena le hace un pedido de fusiles Barrett, una de las armerías estadunidenses acusadas por el gobierno de nuestro país de contribuir a la violencia en el país le regalará municiones, cursos y refacciones

Para combatir al crimen organizado, el gobierno mexicano analiza comprarle centenares de armas de alto poder a… un fabricante que tiene demandado desde el año pasado.

Barrett Firearms es una de las ocho armerías estadunidenses acusadas por autoridades de nuestro país de ser negligentes en sus controles de venta.

La demanda, presentada el 4 de agosto de 2021 e interpuesta ante una corte de Distrito en Massachusetts, Estados Unidos, señala que la falta de cuidado en la comercialización de pistolas, rifles y demás productos similares es causante, en gran medida, de la ola de violencia que se registra en México, pues, gracias al tráfico de armas, los grupos del crimen organizado tienen gran capacidad de fuego.

Es en este contexto que Barrett ofrece atractivos incentivos para ganar clientes mexicanos, al menos del ámbito gubernamental.

Documentos obtenidos por Guacamaya en el hackeo a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) revelan que, con la compra de algunos centenares de rifles de alto poder, este fabricante regala municiones, cursos e incluso refacciones.

Una cotización solicitada por la Sedena a Barrett Firearms, fechada el 13 de junio pasado, muestra el interés del Ejército por adquirir 319 rifles modelo M107A1, un arma semiautomática calibre .50 para francotirador, con un precio unitario de 16 mil 532 dólares, alrededor de 330 mil pesos, y un costo total de cinco millones 273 mil 708 dólares, más de 105 millones de pesos.

De acuerdo con el catálogo de la empresa, con sede en la ciudad de Murfreesboro, Tennessee, el M107A1 es su fusil de mayor gama y está “diseñado para las condiciones más duras del mundo”. El fabricante presume que el arma es el resultado de 40 años de investigación y desarrollo con apoyo de usuarios militares. “Utilizando un diseño, fabricación y materiales de última generación, cada componente del rifle ha sido diseñado para ser más liviano y más fuerte que sus antecesores”, señala.

El Barrett es considerado el rifle más poderoso del mundo y es parte del arsenal que poseen los cárteles mexicanos para combatir a grupos criminales rivales o a las autoridades mexicanas.

El 6 de septiembre de 2016, delincuentes lo usaron para derribar un helicóptero del gobierno de Michoacán en el municipio de La Huacana, en la región de Tierra Caliente. En el ataque murieron el piloto y tres policías, mientras que otro agente resultó lesionado. Un año antes, el 1 de mayo de 2015, tres militares que viajaban en un helicóptero de la Sedena fallecieron luego de ser derribados por criminales, en el marco de un operativo luego de que se registraron narcobloqueos en la Zona Metropolitana de Guadalajara y otras zonas de Jalisco.

Desde 2019 y hasta septiembre pasado, la Sedena ha decomisado 259 rifles Barrett en 17 estados del país; 131 de ellos han sido asegurados en Tamaulipas.

“VALOR AGREGADO”

En la cotización, enviada por mail al Cuerpo de Policía Militar, se ofrece marcar los Barrett “con la leyenda que indique la Sedena”, e incluir anillos para montar miras telescópicas, dos cargadores con capacidad para diez cartuchos cada uno, un bípode, un monópode, un kit de limpieza, una caja de transporte, manual y kit de refacciones con piezas susceptibles de desgaste.

Además se enlistan otros “valores agregados sin costo”: mil 595 municiones calibre .50 para pruebas de funcionamiento y 780 más para entrenamiento. De acuerdo con la descripción, cada una de estas balas cuesta ocho dólares (160 pesos aproximadamente), por lo que el ahorro para la Sedena, de adquirir los fusiles, sería de 19 mil dólares o 380 mil pesos.

Barrett también incluye en la compra un kit de refacciones para soporte de garantía, con un precio de 23 mil 535 dólares o 470 mil pesos. El paquete se complementa con dos cursos: uno a nivel usuario para 54 personas, con duración de 9:00 a 13:00 horas durante cinco días y otro de nivel técnico para 24 elementos, con la misma duración del anterior.

Cada una de estas capacitaciones cuesta 39 mil dólares, por lo que el incentivo asciende a 78 mil dólares o un millón 560 mil pesos.

En caso de cerrarse el acuerdo, las condiciones de Barrett son: un tiempo estimado de entrega de 300 días naturales, cubrir el pago en los 20 días naturales posteriores a que haya entregado la factura debidamente validada y legalizada, previa recepción de los bienes a entera satisfacción de la Sedena, y garantía de un año.

La armería explica que la mercancía requiere una licencia de exportación expedida por el gobierno de Estados Unidos, para cuyo trámite requiere el contrato de adquisición y un certificado de usuario final que incluya nombre y dirección del agente aduanal en San Antonio, Texas, encargado de recibir el material. También solicita el formulario DSP 83 o el BIS711. El primero lo requiere el Departamento de Estado cuando se exporta una cantidad significativa de equipo militar o información clasificada y debe ser llenado por los extranjeros responsables de la compra o usuarios finales. El segundo es la declaración de uso final de los productos que hace el comprador o usuario final.

El pasado 30 de septiembre, el juez federal Dennis Saylor, de la Corte en Boston Massachusetts, desechó la demanda civil interpuesta por el gobierno de México en contra de Smith & Wesson; Barrett; Beretta; Century International; Colt; Strum, Ruger & Co.; Witmer Public Safety Group e Interstate Arms. Consideró que la querella está prohibida por leyes federales estadunidenses. Casi un mes después, el 26 de octubre, México presentó su solicitud de apelación a esta resolución.

Antes, el 10 de octubre, la Cancillería presentó una demanda civil ante la Corte Federal de Distrito de Arizona, en contra de cinco tiendas a las que señala de vender, con conocimiento de causa, armamento de alto calibre que terminará en manos de grupos del crimen organizado.

Fuente: Excélsior

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