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México, lejos de aprovechar uso de la nanotecnología

por Luis Carmona
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La nanotecnología se convierte en el pilar del desarrollo industrial y económico en países de primer mundo y pobres, pero México desperdicia estos conocimientos por falta de una política definida de prioridades nacionales, señaló el doctor Edgar Záyago Lau, director de la Unidad de Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas.

A fin de crear conciencia sobre la importancia estratégica de la nanotecnología en México como una plataforma tecnológica clave para la articulación económica, social y política, el doctor Záyago y la profesora investigadora Laura Liliana Villa presentarán el martes próximo a las 10:30 horas, en la Facultad de Economía de la Uady, el libro “Perspectivas sociales de las nanotecnologías en México”.

En esta obra donde también participó el doctor Guillermo Foladori, quien no asistirá por un compromiso en el extranjero.

En entrevista concertada por el organizador de la presentación de libro, doctor Gabriel Rodríguez Cedillo, académico de la Facultad de Economía de la Uady, el doctor Edgar Záyago explicó que la nanotecnología tiene un gran potencial para amplificar el beneficio social.

Si México no lo asume como un gran reto para las instituciones y las industrias corre el riesgo de quedarse atrás, apuntó.

Otros países que no tienen el nivel de desarrollo económico de México, como Cuba, Vietnam y Sudáfrica, ya lo aplican en el sector médico, semiconductores, agua, energía, transporte y la industria 4.0.

“México es la décimo tercera economía del mundo, ¿cómo es posible que no aprovechemos la nanotecnología? Investigación y conocimientos los hay, pero lo aprovechan otros países extranjeros”, destacó.

“Las universidades y las industrias tienen el efecto escopeta: le tiran a todo y a nada en términos de progreso y desarrollo nacional. Hay una descoordinación en México sobre el aprovechamiento de la nanotecnología porque el gobierno federal no define las prioridades donde ésta puede ser útil”.

“Hay dos ejemplos muy concretos en el país, uno, en términos de energía. Nos damos cuenta que el Instituto Mexicano del Petróleo, después de Brasil, es el que más investigación científica realiza en nanotecnología desde el punto de vista teórico, práctico y desarrollo tecnológico”.

Sin embargo, señaló, “cuando va a patentarlo no lo hace, lo aprovechan empresas de Estados Unidos, lo mismo pasa con el desarrollo de paneles solares que se fabrican con nanotecnología y lo aprovecha el Medio Oriente”.

“La gran pregunta es: ¿por qué sucede esto? Si México tiene una capacidad de investigación básica importante de nanotecnología, ¿por qué no hace el salto mortal hacia el paquete tecnológico y el desarrollo productivo, por ejemplo, para el agua que tanto se necesita?”.

“Con los procesos de nanotecnología se puede desalinizar el agua, detectar contaminantes y potabilizarla. Hay mucha investigación muy potente que se reconoce en los círculos científicos, pero que de nuevo lo aprovechan otras empresas de Texas, Australia y Alemania”.

Por medio del proyecto de Ciencia de Frontera, la Red Latinoamericana de Nanotecnología y Sociedad (Relans) y financiamiento del Conahcyt, los investigadores y autores del libro “Perspectivas sociales de las nanotecnologías en México” buscan vincular la nanotecnología con el progreso y bienestar de México.

También despertar el interés del gobierno mexicano para que defina dónde es urgente la aplicación de esta poderosa tecnología, por medio de un paquete tecnológico para aprovechar las capacidades físico-cuánticas de la materia a nanoescala, que es una milmillonésima parte de un metro.

La nanotecnología produce materiales a escala mayor con mayor resistencia, flexibilidad, conductividad y menor toxicidad. Hoy día no hay sector económico que no tenga nada de esta nanotecnología.

Por ejemplo, la industria 4.0 que lleva inteligencia artificial, internet de las cosas, robótica, procesos de automatización y medicina de precisión, es posible gracias a la nano.

Es tan importante que desde 2021 el presidente Bill Clinton le destinó miles de millones a esta investigación y al día de hoy Estados Unidos ha invertido alrededor de 75,000 millones de dólares, lo que explica el nuevo imperio tecnológico de ese país.

Desafortunadamente, México no tiene en su proceso de desarrollo una iniciativa definida como lo tiene Sudáfrica, que tiene una orientación de nano hacia el agua, la salud y la energía.

Argentina tiene una Fundación Nacional de Nanotecnología que determina todo el espectro de sectores económicos, al igual que Brasil, pero también Estados Unidos, China, Japón y Corea que están enfocados en la industria automotriz y otras tecnologías avanzadas.

México tiene 200 empresas de nanotecnología y solo California, en Estados Unidos, tiene 558.

Cuba y Vietnam tienen la capacidad de desarrollar nanotecnologías en salud, como son las vacunas y tratamientos médicos, y a México le cuesta trabajo.

Incluso, México es un gran exportador de vehículos automotores, pero no tiene una marca propia y prefiere vender mano de obra barata. Cuando inventen robots que fabriquen los arneses y acomoden los cables de los vehículos nuevos se acabará la industria automotriz mexicana.

Fuentes: Diario de Yucatán.

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