Netanyahu testificará en juicio en su contra: ¿De qué es acusado el primer ministro israelí?
El juicio contra Netanyahu se ha retrasado varios años por diversos motivos, entre ellos la guerra en Gaza que estalló en 2023.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, testificará este martes por primera vez en su juicio de corrupción que comenzó hace cuatro años, en una vista que debería haberse celebrado en noviembre de 2023 pero que logró retrasar varias veces con el pretexto de la guerra israelí en la Franja de Gaza.
Netanyahu subirá al estrado este martes en una sala subterránea y fortificada de Tel Aviv, ante la amenaza de que sufra un ataque aprovechando la cita judicial, tal y como advirtió el servicio de inteligencia interior (Shin Bet) a la Administración de Tribunales israelí.
La cita iba a celebrarse en Jerusalén, pero este organismo recomendó su traslado a la corte de la calle Weizmann de Tel Aviv a falta de un refugio antibombas adecuado en la de la ciudad santa.
El primer ministro responderá ante las tres causas por fraude, cohecho y abuso de confianza por supuestamente haber recibido regalos a cambio de favores y por presiones para lograr una imagen positiva sobre su gestión en medios de comunicación.
Desde un primer momento, el mandatario negó los hechos y recibió el apoyo de sus seguidores, que aseguran que se trata de una operación de la “izquierda judicial” para sacarlo del poder por medios legales tras no lograrlo en las urnas, mientras que otro sector exige su renuncia y hasta lo acusa de extender los conflictos en curso para mantenerse en el cargo y lejos de la cárcel.
Cuatro años de atrasos en el juicio contra Netanyahu
El juicio comenzó en 2020 e hizo pasar por el estrado a más de 300 personas, dejando la declaración de Netanyahu para noviembre del pasado año, cuando los ataques de Hamás del 7 de octubre y la guerra en Gaza que los siguió dieron paso a un “parón judicial” de dos meses y después una serie de recursos de su defensa para atrasarlo en varias ocasiones hasta mañana.
Durante 2022, el juicio apenas tuvo peso en la campaña electoral que culminó en los comicios del 1 de noviembre, en los que el político del Likud volvió al Gobierno con el Ejecutivo más derechista de la historia del país.
El equipo legal de Netanyahu ha alegado a lo largo de este año que el juicio podía poner en riesgo su vida, así como que la gestión de la guerra y las tareas para recuperar a los 96 rehenes que siguen en Gaza hacían imposible que preparara su intervención.
En julio su defensa solicitó aplazar la vista para marzo de 2025, pero el tribunal lo rechazó y fijó la fecha para el 2 de diciembre, que luego accedió a posponer solo ocho días.
Y esta misma semana, a raíz de la caída del régimen sirio de Bashar al Assad a manos de los insurgentes islamistas, la mayoría de ministros del Gobierno han dado su apoyo a dos cartas solicitando a la fiscal general, Gali Baharav-Miara, retrasar el juicio y criticando la decisión de que Netanyahu tenga que declarar tres veces por semana.
Se espera que el juicio se prolongue varios años y es poco probable que, incluidas las posibles apelaciones, termine antes de 2028-2029.
Si es declarado culpable con condena firme, Netanyahu debería dimitir, pero mientras dure el juicio puede mantenerse en el poder, ya que la ley israelí indica que un ministro debe renunciar si es acusado, pero no se aplica al jefe de Gobierno.
Los escándalos en torno a Netanyahu
El primer ministro irá al banquillo cuando las investigaciones hacia su gabinete, que tilda de “golpe de Estado”, ocupan cada vez más espacio en el debate público israelí.
En estos momentos, una de las polémicas más peligrosas para Netanyahu es el caso conocido como ‘BibiLeaks’, en el que un portavoz del político y un suboficial reservista están acusados de conspirar para filtrar a la prensa extranjera un documento clasificado, con el objetivo de influir en la opinión pública contra un acuerdo de alto el fuego en Gaza.
A raíz de este escándalo, miembros del Likud, el partido de Netanyahu, han promovido en el Parlamento un criticado proyecto de ley que permitiría a los miembros del Ejército y de los servicios de inteligencia filtrar documentos clasificados al primer ministro o al ministro de Defensa sin autorización.
La norma superó el 4 de diciembre la primera votación (de tres) a la que ha de someterse.
Más allá de los ‘BibiLeaks’ el jefe del gabinete de Netanyahu, Tzachi Braverman, ha sido acusado de extorsionar con un vídeo comprometedor a un oficial militar de la oficina del primer ministro para alterar las actas de reuniones los instantes previos a los ataques de Hamás del 7 de octubre, así como llamadas mantenidas en la mañana del ataque, según recogen los medios israelíes.
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Fuente: El Financiero