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Número de emergencias, mal usado en Yucatán

por ST
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La Secretaría de Seguridad Pública del Estado señaló que la línea de emergencias 9-1-1 opera en Yucatán bajo estándares competitivos nacionales e internacionales, para brindar el apoyo a la ciudadanía que esté en situación de riesgo directo, indirecto y/o patrimonial.

El proceso de atención durante una emergencia en la que está en riesgo inminente la vida de un ser humano, precisó, es de manera homologada y tiene los primeros tres pasos: identificación del servicio, ubicación de la emergencia y la obtención de datos adicionales.

En la primera parte, según la “Norma Técnica para la Estandarización de los Servicios de Llamadas de Emergencia a través del Número Único Armonizado 9-1-1 (nueve, uno, uno)”, el operador tiene 90 segundos para recepcionar la llamada con la frase “¿Cuál es su emergencia?” y obtener los datos mínimos necesarios sobre el incidente que le permitan identificar si se trata de una llamada “procedente” o “improcedente”.

El operador cuenta con 30 segundos más (120 segundos en total) para despachar las unidades correspondientes, por lo que “el tiempo para localizar el lugar del incidente y efectuar la atención inmediata de la emergencia no deberá ser mayor de nueve minutos”, según el mencionado documento.

La policía de Yucatán explicó que “al recibir la llamada y con base en lo que menciona el usuario, el operador identifica qué tipo de emergencia tiene, para canalizar a las unidades de apoyo necesarias”.

Sin embargo, indicó, en muchas ocasiones los usuarios solo mencionan “necesito una patrulla”, “mándame una ambulancia”, “manda a los bomberos”, frases que no ayudan a identificar la emergencia. Ese es uno de los motivos por los que no procede una llamada y genera inconformidad del usuario.

Mal uso de emergencias

El número de emergencias 9-1-1, que opera la policía yucateca, recibió en los primeros tres meses del año más de 300 mil llamadas, pero el 65% de éstas fue improcedente; es decir, falsas o para hacer “bromas”.

Lo anterior significa que, pese a tratarse de un recurso para emergencias, muchas personas lo usan para cosas que no tienen nada que ver con alguna situación que ponga en peligro la integridad, seguridad o la vida de algún ciudadano.

Esto supone también un problema para los servicios de emergencia, pues evita que la ayuda llegue con mayor prontitud a quien realmente pudiera estar en peligro. Por eso hay protocolos nacionales homologados a estándares internacionales que ayudan a mejorar el proceso de recepción de llamadas y despacho de las unidades policiacas, ambulancias o de bomberos.

A Grupo Megamedia han llegado quejas de los usuarios del 9-1-1, en el sentido de que la atención no se brinda de manera pronta y los operadores del servicio hacen muchas preguntas antes de despachar una unidad de emergencia para alguien que lo necesite.

Nota original aquí 

Fuente: Diario de Yucatán

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