Inicio InternacionalOshikatsu: La ‘locura’ por los idols y el anime ‘empuja’ la economía de Japón y ya se siente en México

Oshikatsu: La ‘locura’ por los idols y el anime ‘empuja’ la economía de Japón y ya se siente en México

por Luis Carmona
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El gasto generado por quienes practican el oshikatsu destaca en un contexto de estancamiento de la economía japonesa.

La crisis del arroz, el aumento de la inflación, el envejecimiento poblacional y la política arancelaria de Estados Unidos han puesto en jaque a la economía de Japón. Ante este panorama, las empresas y el gobierno nipón apuestan por una estrategia poco convencional: Reactivar las finanzas del país mediante el fervor de los fanáticos por los idols y la industria del anime.

En años recientes, en Japón emergió un fenómeno económico y cultural que ya captó la atención del sector empresarial: el oshikatsu. Este concepto se refiere a las acciones de los seguidores para expresar su apoyo y devoción hacia un artista, personaje de anime, grupo musical u otro tipo de celebridad.

Esta práctica se observa cada vez que un fan asiste a un concierto o evento de su artista favorito, o adquiere productos como CDs, pósters o artículos oficiales. Del mismo modo, el oshikatsu también se aprecia cuando los seguidores participan, crean o difunden campañas en redes sociales, como la elaboración de fan arts.

¿Cómo surge el oshikatsu y qué impacto tiene en la economía de Japón?

El término oshikatsu proviene de la combinación de las palabras japonesas oshi, que significa “favorito” o “ídolo”, y katsu, abreviatura de la palabra katsudō, que significa “actividad”.

Esta tendencia comenzó a difundirse en redes sociales en 2016, impulsada por el deseo de los fanáticos de establecer un vínculo más cercano con sus idols. El concepto ganó popularidad en 2018 gracias a un hashtag en Twitter y, en 2021, fue nominado como una de las palabras del año en Japón.

El entusiasmo hacia los oshi se intensificó durante la pandemia de Covid-19, cuando las restricciones sanitarias impidieron las concentraciones masivas y provocaron la cancelación de eventos. Ante este escenario, los seguidores redirigieron su apoyo hacia la compra de productos oficiales y la promoción digital de sus artistas favoritos.

Este fervor ha contribuido significativamente al consumo interno en Japón. Un análisis reciente de la empresa de marketing CDG y la agencia especializada Oshicoco indica que el 16.7 por ciento de la población japonesa de entre 15 y 69 años practica el oshikatsu, lo que equivale a aproximadamente 13.84 millones de personas.

De acuerdo con el estudio, el gasto promedio de los participantes durante 2024 superó los 255 mil yenes (alrededor de mil 700 dólares), lo que representó una contribución de 3.5 billones de yenes a la economía japonesa (25 mil millones de dólares), equivalente al 2.1 por ciento de las ventas minoristas anuales del país.

Aunque este fenómeno suele asociarse con los jóvenes, también ha permeado sectores de mayor edad. Una investigación realizada por la empresa Harumeku señala que 46 por ciento de las mujeres de 50 años o más tienen un oshi al que apoyan económicamente.

El oshikatsu ya se consolidó como una pieza clave en las dos industrias culturales más rentables de Japón: el anime y el J-Pop. En 2023, la industria del anime generó más de 21 mil millones de dólares, mientras que el mercado musical japonés alcanzó aproximadamente los 7 mil millones de dólares.

¿Cuál es la actual situación de la economía de Japón?

Las cifras sobre el oshikatsu destacan en un contexto donde la economía japonesa atraviesa una etapa de estancamiento. Durante 2024, su Producto Interno Bruto (PIB) creció apenas un 0.1 por ciento, lo que representó una desaceleración significativa respecto al 1.9 por ciento registrado en 2023.

Aunque el consumo privado representa más de la mitad de la economía japonesa, este componente muestra signos de fragilidad a causa de la inflación y del aumento en el costo de vida. Durante el último trimestre de 2024, el consumo privado apenas creció un 0.1 por ciento, lo que implicó una desaceleración respecto al 0.7 por ciento del trimestre anterior.

En los últimos años, Japón transitó de un periodo de deflación del 0.23 por ciento a una inflación sostenida que alcanzó el 3.6 por ciento en abril de 2025, impulsada por el encarecimiento de los alimentos, la depreciación del yen japonés y el estancamiento salarial.

Por si fuera poco, la economía japonesa enfrenta desafíos estructurales que amenazan su estabilidad, como el envejecimiento poblacional, donde el 30 por ciento de sus habitantes tiene más de 65 años. Además, Japón es la segunda economía más endeudada del mundo, con una deuda equivalente al 240 por ciento de su PIB.

Fuentes: El Financiero.

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