‘Para más plasher’: Torrente de vino ‘inunda’ pueblo en Portugal
Una peculiar inundación de vino rojo sorprendió a los habitantes de Anadia, Portugal, cuyas calles quedaron cubiertas del tinto por un accidente en una destilería.
Sin lugar a dudas, el alcohol fluyó. Los habitantes de un pueblo costero en Portugal se sorprendieron y sobrevivieron a una inundación de vino rojo que recorrió parte de la localidad.
Un torrente de 2.2 millones de litros de vino —cantidad de líquido similar a la que contiene una alberca olímpica— descendió por las empinadas calles de Anadia, Portugal, una localidad de unos 2,000 habitantes.
La inundación de vino rojo se debió al estallido de dos contenedores de la empresa Destilería Levira. El siniestro estuvo a punto de ocasionar un desastre natural, que fue evitado por los bomberos de la localidad, de acuerdo con el Diário de Coimbra.
¿Qué sabemos del accidente que inundó un pueblo de Portugal con vino?
Tras el estallido de los dos contenedores y debido a que la planta de Destilería Levira se encuentra en una pendiente, el vino comenzó a descender por las calles.
Tras el reporte del siniestro, los bomberos y agentes de la policía local acudieron de inmediato e implementaron medidas con el fin de evitar que el vino desembocara en el río Certima. De lo contrario, habría llegado a ser una catástrofe medioambiental.
El cuerpo de bomberos de Anadia logró desviar el curso del torrente, lo que evitó mayores problemas.
Después del estallido de los contenedores, Destilería Levira emitió un comunicado en el que señaló que se haría responsable de los daños ocasionados. “Asumimos toda la responsabilidad de los costos asociados a la limpieza y reparación de los daños, teniendo equipos disponibles para hacerlo de forma inmediata”, detalló la empresa. “Estamos comprometidos para remediar la situación tan pronto como sea posible”, agregó.
¿Qué hicieron con el vino rojo?
Luego del ‘río’ de alcohol y de contener la emergencia, la empresa comentó que el el vino rojo recibiría un tratamiento especial con el objetivo de que haya el menor desperdicio posible.
Fuente: El Financiero