Parlamento de Corea del Sur destituye al presidente Yoon Suk Yeol
Del total de 300 diputados de la cámara, 204 votaron a favor de destituir al presidente por insurrección y 85 lo hicieron en contra,
El Parlamento de Corea del Sur destituyó este sábado al presidente Yoon Suk Yeol, por su fallido intento de instaurar la ley marcial el pasado 3 de diciembre, que abrió una inédita crisis política en el país y multitudinarias manifestaciones.
«Me siento profundamente frustrado (…) pero ahora debo dar un paso al costado por un tiempo», dijo el presidente destituido. En un discurso televisado llamó a poner fin a la «política de los excesos y la confrontación».
Del total de 300 diputados de la cámara, 204 votaron a favor de destituir al presidente por insurrección y 85 lo hicieron en contra, según los resultados anunciados por la presidencia de la cámara. Igualmente hubo tres abstenciones y ocho votos nulos en esta nueva moción de censura, exitosa tras una primera presentada por la oposición el 7 de diciembre, que no prosperó.
Yoon queda ahora suspendido, a la espera de que la Corte Constitucional valide o no su destitución. Para hacerlo dispone de 180 días. Al menos 200 mil manifestantes, según la policía, se congregaron ante el Parlamento a la espera del resultado, y estallaron de júbilo al conocerlo, según constataron periodistas de AFP en el lugar.
En otro punto de la capital Seúl, unas 30 mil personas se concentraron el apoyo al mandatario.
Park Chan-dae, líder de la principal formación opositora, el Partido Demócrata, afirmó que «la destitución de hoy es una gran victoria para el pueblo y la democracia».
«¿No es sorprendente que nosotros, el pueblo, hayamos logrado esto juntos», dijo una manifestante, Choi Jung-ha, de 52 años, que pese al frío gélido se lanzó a bailar en la calle al conocer el resultado. «Estoy segura al 100% de que la Corte Constitucional apoyará la destitución», añadió.
El presidente Yoon, de 63 años y con bajas cotas de popularidad, sorprendió al país al anunciar la imposición de la ley marcial la noche del 3 de diciembre y al enviar al ejército al Parlamento para impedir que los diputados pudieran reunirse.
El mandatario, enfrascado en una pugna con la oposición en torno a los presupuestos, acusó a sus rivales políticos comportarse como «fuerzas antiestatales», y dijo que buscó con esta medida extrema proteger al país de las «amenazas» del régimen comunista de Corea del Norte.
La decisión suscitó un movimiento de indignación, con miles de manifestantes movilizándose de inmediato y enfrentándose a los militares a las puertas del Parlamento. Los diputados lograron reunirse y en cuestión de horas tumbaron con su voto la ley marcial.
Fuente: Excélsior