domingo, octubre 6

Pescadores acusan a turistas en Progreso de dañar sus embarcaciones

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Ayer por la mañana, pescadores ribereños que tienen como base el playón del malecón internacional, justo a un costado del muelle de chocolate, manifestaron al Diario su inconformidad por algo que les ocurre durante cada temporada vacacional.

Según indicaron, con la llegada de los vacacionistas enfrentan una difícil situación, puesto que éstos se suelen subir a las lanchas. Si están boca abajo, las levantan y colocan troncos para que las sostengan para tener sombra.

El problema se debe a que, en muchas ocasiones, los turistas manipulan las embarcaciones sin cuidado, por lo que las dañan. Por ejemplo, rompen los bordes, asientos y el fondo de las mismas.

El pescador Eduardo Paredes indicó que, cuando ocurre esto, los hombres de mar deben realizar reparaciones a sus navíos por un día, el cual pierden por no poder trabajar y zarpar al mar.

“En mi caso, llevo conmigo a dos lancheros a trabajar, pero si mi barco está en malas condiciones, no puedo llevarlos. Somos tres que perdemos el día, tres familias se quedan sin su sustento”, expresó.

De igual manera, manifestó que los paseantes, con tal de estar cómodos en las lanchas y colocar sus lonas, cortan los hilos o les tiran los plomos.

Asimismo, han notado que se cuelgan de las jimbas, mismas que son quebradas.

“La playa es libre”

“Y no importa si las lanchas están en la arena o en el agua, se suben y saltan sobre ellas. Cuando nos acercamos a decirles a las personas que por favor tengan cuidado, se ponen agresivos, sobre todo si están tomados”.

“Dicen que la playa es libre y que las lanchas también. Estamos de acuerdo en que la playa es libre. Sin embargo, las lanchas tienen dueños, por lo que dañan propiedad ajena”, recalcó.

Los afectados aseguraron que no están en contra de que lleguen los visitantes, sino todo lo contrario.

“A veces nos ven bajando y se acercan, porque se quieren tomar la foto con un pulpo o pescado. Nosotros amablemente aceptamos. Nos piden permiso para subirse a la lancha y sin problema, solo les decimos que tengan cuidado y lo entienden. Sin embargo, hay gente que no le importa”.

Costosas reparaciones

En cuestión de daños, afirmaron que cuando se quiebran las jimbas o se revientan los hilos, el gasto de reparación es de incluso $600, pues cada jimba cuesta $100, además de las herramientas para arreglar los daños.

Por otro lado, Julián Echeverría Ortiz afirmó que los daños severos son más costosos. En esta semana, gastó al menos $1,500 para reparar su lancha, ya que se dañaron las cámaras de aire.

“Lo más seguro es que brincaron encima. Prácticamente, se desfondó la lancha y tuve que repararla”.

Conseguí fibra de vidrio y otros materiales. Yo hice las reparaciones, pues si le pago a alguien, fácil gastaría otros $500”.

Al retomar la palabra, Eduardo Paredes dijo que la situación se torna de carácter insalubre, dado que las personas les dejan todo tipo de basura en los alrededores y dentro de las embarcaciones.

“Hemos llegado a encontrar de todo, desde pañales hasta toallas íntimas femeninas usadas. Incluso hay compañeros que encontraron excremento humano”.

Atento llamado

“Solo pedimos a los visitantes que tengan mayor conciencia. Son bienvenidos, pero que cuiden las lanchas. Son nuestras herramientas de trabajo, no se vale que las dañen, nos afecta a todos. Solo por esta zona somos como 70 pescadores”.

“A las autoridades les pedimos que no nos dejen abandonados y nos ayuden. Que los policías vengan a vigilar y si sorprenden a alguien en flagrancia dañando a las embarcaciones, que les digan algo y, si es necesario, que paguen”.

“La administración actual informó que iban a ponernos un reflector. Nosotros hicimos nuestra parte en conseguir el poste para que lo coloquen, pero hasta ahora nada”, concluyó el hombre de mar.

Nota original aquí 

Fuente: Diario de Yucatán/Abraham Ismael Raz Herrera

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