Mariano Uicab Canul, presidente de la Federación Regional de Cooperativas del Centro y Poniente de Yucatán, con la experiencia de vivir refugiado en isla Pérez del arrecife Alacranes ante el paso del huracán “Opal” en 1995, afirmó que varios ribereños son muy tercos, se alejan mucho de la costa y se niegan a retornar a puerto a pesar de las advertencias de mal tiempo o de un huracán.
Las consecuencias, dijo, están a la vista con el caso de las lanchas “Halcón 1” y “Peyucsa 12”, que dieron el pantoque y tristemente el saldo del huracán “Milton” es fatal y hay luto en el sector pesquero.
El entrevistado afirmó que esta situación debe de servir de experiencia para que no se repita de nuevo.
“Milton”, revive recuerdo del huracán “Opal” en 1995
Uicab Canul es originario de Timucuy. Es buzo-pescador de langosta, socio de la cooperativa Pescadores del Golfo y vivió en Alacranes el paso de “Opal”, que se formó en Campeche.
Señaló que las lanchas ribereñas llevan radios de poco alcance, de 20 a 50 millas, y cuando hay mal tiempo hay interferencias en la comunicación, a diferencia de los barcos de la flota mayor que llevan radios de banda marina de mayor alcance.
Los barcos de la flota mayor cuentan con chip satelital que se activa en caso de emergencia, como lo hizo el “Neldy” y dio su ubicación. También cuentan con motores estacionarios, literas y cabina de gobierno.
En contraste, las lanchas solo llevan un motor fuera de borda y no hay protección cuando se enfrentan a un temporal. Además, deben de contar con chalecos salvavidas y, lo más importante, no alejarse de la costa para retornar pronto en caso de mal tiempo.
“Todos los barcos de la flota mayor entraron a puerto, no se quedaron a capear el temporal, porque ya tienen la experiencia de anteriores huracanes”, afirmó.
“Pero muchos lancheros que llegan de puertos de Campeche no se previenen y entonces ocurren las tragedias”, expuso.
Mariano Uicab recordó un episodio trágico ocurrido en septiembre de 1995, cuando azotó el huracán “Opal”.
El meteoro sorprendió a una lancha pesquera de Campeche, la arrastró a la zona de Alacranes y de sus tres pescadores a bordo solo uno sobrevivió porque se amarró.
“Opal”, afirmó, se formó en la Bahía de Campeche y fue similar a “Milton”. El barco en el que Mariano viajaba, dedicado a la pesca de langosta, se refugió en Alacranes, donde estuvieron una semana. Al pasar el mal tiempo emprendieron el retorno a Yucalpetén y fue cuando hallaron una lancha semihundida y a un pescador amarrado, desfallecido.
“La soga la tenía en su axila. Lo rescatamos y lo llevamos a isla Pérez. En el barco le dimos agua poco a poco y en medio de su inconsciencia decía ‘estoy entre los muertos’”.
“Le explicamos que estaba vivo y se puso a llorar. Le curamos las heridas”, relató Mariano.
En ese caso hombres de mar salieron de Campeche para pescar. No se enteraron del huracán, pues no llevaban radio y el temporal los sorprendió en alta mar.
Se amarraron en la lancha y cuando la embarcación dio el pantoque quedaron cerca de la nave, fueron zarandeados y arrastrados hasta la zona de Alacranes.
El hombre de mar rescatado contó que primero uno de sus compañeros dijo que ya no aguataba el dolor, la soga le dañó la piel, estaba hambriento y sediento.
Pasaron siete días en medio de la inmensidad del mar, así que ese pescador se soltó y se ahogó.
Su otro compañero aguantó hasta donde pudo, pero finalmente murió y su cuerpo se lo llevó el mar. El campechano rescatado fue el único sobreviviente de esa tragedia causada por “Opal”. Una embarcación de la Marina fue por él y lo llevó a tierra. El barco donde viajaba Canul Uicab retornó a Yucalpeten sin daños.
Helicóptero
En el caso del pescador de la “Peyucsa 12”, Uicab Canul consideró que un helicóptero debió de llegar al lugar y expertos hubieran rescatado al hombre de mar que estaba sobre el casco con una canasta para llevarlo a tierra.
“Tal vez habría sobrevivido”, indicó.
Recordó que en una ocasión un pescador descompresionado fue rescatado con un helicóptero, lo colocaron en una canasta y lo trasladaron a tierra para su atención médica.
Fuentes: Diario de Yucatán.
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