Diversos fenómenos naturales y condiciones climáticas adversas han afectado de manera directa el sustento de cientos de familias cuya economía depende del mar.
A lo largo del año, la zona ha sufrido episodios de marea roja, constantes alertas por disturbios tropicales y, en fechas recientes, la llegada de frentes fríos. Estos factores han limitado las salidas de pesca y reducido significativamente la captura de especies comerciales.
La problemática se agrava con los bajos precios de venta, la poca disponibilidad de producto y el incremento de la pesca ilegal, situación que ha golpeado al sector con especial dureza.
Amílcar Cauich, pescador local, comentó que el impacto ya se refleja en los hogares. “Este año fue muy malo para la mayoría. Sin buena pesca, no logramos juntar lo necesario para enfrentar la temporada de nortes, que seguirá hasta marzo. Ahora solo salimos cuando el clima lo permite, aunque sea para conseguir algo para comer”, expresó.
Por su parte, Luciano Canto, también hombre de mar, señaló que esta crisis apenas está mostrando sus primeras consecuencias. Explicó que en años pasados la captura de diversas especies era suficiente para generar un pequeño colchón económico que permitía soportar los meses de mal tiempo.
“Sólo los buzos tuvieron algo de alivio al inicio de la temporada de langosta. En cambio, el mero y el pulpo estuvieron muy escasos; apenas alcanzó para lo indispensable”, indicó.
La difícil situación ha motivado a varios pescadores —incluidos algunos provenientes de comunidades vecinas— a regresar temporalmente a sus localidades de origen en busca de trabajo alterno, pues los constantes nortes han paralizado repetidamente las faenas en el mar.
Aunque el puerto reabrió tras el más reciente frente frío, pocos salieron a trabajar este martes. La mayoría optó por permanecer en tierra reparando redes y equipo, a la espera de que las condiciones mejoren.
Redacción: Yucatánalamano.