Los especialistas yucatecos destacaron que aún se necesita ampliar la intervención
Tras la presentación de la estrategia Juntas y Juntos por la Salud Mental de Yucatán, la Asociación Yucateca de Suicidología hizo una serie de apuntes al respecto. Recordaron que el suicidio es un fenómeno complejo, por lo que esta iniciativa es un primer paso, no obstante, consideraron que aún hacen falta acciones para tener un impacto significativo en el tema.
Edgardo Flores Herrera, impulsor de la Asociación comentó que hace falta un cambio hacia una visión social del fenómeno suicida, ya que incluye acciones en los diferentes sectores sociales, tales como los colegios, empresas, centros religiosos, recreativos, culturales y deportivos, quienes deben incluir lineamientos de detección, acompañamiento y canalización frente a situaciones que lo requieran.
De igual manera, abundó hace falta psicoeducación a personal docente y administrativo de los colegios del estado y a madres y padres de familia en temas de salud mental para continuar con la desestigmatización de la salud mental y el riesgo suicida.
También, dijo, la integración de datos para análisis y evaluación de la eficacia de las distintas estrategias.
“Sin datos y sin análisis, jugamos a pegarle a la piñata con los ojos vendados. Quizás le demos alguna vez, pero no sabremos cómo replicarlo. Por ello, el compromiso de nosotras y nosotros como futura organización constituida en la creación del Observatorio Estatal del Suicidio, que contribuya a la comprensión regional del fenómeno”, sentenció.
Entre las asignaturas pendientes, el sicólogo Flores mencionó la necesidad del desarrollo de estrategias de afrontamiento en las Infancias y las adolescencias, así como en la población universitaria, incluyendo una perspectiva de la construcción de la felicidad emanada de las investigaciones actuales sobre el tema.
“Continuar el trabajo en la erradicación de los distintos tipos de violencia que aún ocurren a nivel cultural: bullying, mobbing, acoso sexual, violencia intrafamiliar, abuso sexual infantil, segregación, clasismo, discriminación, violencia estructural, revictimización en instancias públicas, entre otros”, señaló.
De igual manera, añadió, implementar políticas que reduzcan el acceso a medicamentos u otros elementos que puedan ser utilizados en los intentos de suicidio.
“Si bien sabemos que el mayor índice de muertes por suicidio en el estado se da de una forma en particular; y hay que trabajar en ello, los intentos suelen darse por otras vías y trabajar en reducir los intentos es prevenir las muertes autoinflingidas”, advirtió.
Otra estrategia faltante, expuso, es la creación de un código de ética estatal periodístico en materia de salud mental y suicidio: Incluir entre las asignaturas de formación de las y los futuros profesionales de la comunicación la materia de periodismo responsable en estos temas impartida por expertos en el tema.
“Atención a grupos vulnerables identificados a nivel internacional, como lo son personal sanitario, personas del colectivo LGBTQI+, personas víctimas de violencia, personas con diagnósticos de enfermedades crónicas, crónicas degenerativas y dolorosas, entre otras”, añadió.
Para el maestro Edgardo Flores, las propuestas mencionadas anteriormente son aún limitadas. Sin embargo, buscan ampliar la mirada y poner sobre la mesa otros puntos que también son relevantes: “ya se dio un paso importante, pero hay que buscar que se den muchos más”, puntualizó.
Fuente: La Jornada Maya/Juan Contreras