Desde el último Censo de 2020, el estado ha registrado un incremento anual cercano a los 100 mil habitantes, reflejando una tendencia de crecimiento constante.
Este aumento demográfico, si bien es indicativo del dinamismo regional, también trae consigo retos sociales significativos, entre los que destaca el embarazo adolescente, considerado por especialistas y autoridades como un problema prioritario que requiere atención inmediata.
Más habitantes, nuevos desafíos
La composición poblacional se mantiene equilibrada en cuanto al género, con un 50.8% de mujeres y un 49.2% de hombres. Sin embargo, detrás de esta aparente paridad, persisten situaciones que afectan de forma desproporcionada a niñas y jóvenes.
Luis Jesús Manzanero Villanueva, director del Consejo Estatal de Población (Coespo), advirtió que los casos de embarazo en menores de edad en Yucatán siguen por encima del promedio nacional, y representan un fenómeno que trasciende las estadísticas. “Se trata de historias de niñas que interrumpen su educación, que enfrentan responsabilidades para las que no están preparadas, y que pierden oportunidades valiosas”, apuntó.
Embarazos adolescentes en aumento
En 2023 se contabilizaron 1,570 nacimientos en adolescentes de entre 12 y 17 años, incluyendo casos extremos de niñas de tan solo 11 años. Esta cifra representa el 5.9% del total de nacimientos en el estado, un aumento con respecto al 5.5% registrado el año anterior.
La problemática no se distribuye de forma homogénea. Municipios como Kanasín, Progreso y Tizimín muestran tasas más elevadas de embarazos no planificados en menores. Por ejemplo, en Kanasín el 13.2% de estos embarazos fueron no deseados; en Progreso, el 11% de las adolescentes entre 10 y 14 años resultaron embarazadas sin haberlo planeado, mientras que en Tizimín la cifra fue del 7.8%. También destacan casos en Halachó, Chemax y Umán.
Estos datos evidencian realidades marcadas por la marginación, el abandono escolar, la violencia de género y la falta de acceso a información y servicios adecuados.
Medidas en curso
Desde hace dos años, el gobierno estatal impulsa el Programa Especial para la Prevención del Embarazo en la Adolescencia (PEA), con el que hasta mediados de 2025 se han realizado 13 eventos masivos, 21 talleres y 71 capacitaciones presenciales sobre salud sexual, prevención de enfermedades de transmisión sexual y derechos reproductivos.
Pese a estos esfuerzos, expertos advierten que las estrategias no han logrado cubrir de forma uniforme todas las regiones, especialmente aquellas comunidades más aisladas o con acceso limitado a recursos.
Urbanización y presión sobre los servicios
El crecimiento poblacional también se ha concentrado en las zonas urbanas, lo que genera una mayor demanda sobre los servicios públicos. Mérida ya supera 1.3 millones de habitantes, mientras que Kanasín y Valladolid reportan más de 171 mil y 110 mil, respectivamente. Esta expansión tensiona la capacidad de respuesta en salud, educación, transporte y vivienda, afectando especialmente a niñas y adolescentes en contextos vulnerables.
Para Manzanero Villanueva, conocer el número de habitantes es solo una parte del análisis. “Lo importante es entender cómo están viviendo las personas, qué oportunidades tienen las mujeres jóvenes y cómo se construyen sus proyectos de vida”, enfatizó.
Hacia un crecimiento con equidad
El principal reto que enfrenta Yucatán es atender el crecimiento urbano sin dejar de lado a los sectores más jóvenes y vulnerables. Asegurar el acceso a información, educación y atención médica de calidad es clave para que las adolescentes puedan tomar decisiones informadas sobre su cuerpo y su futuro.
Sin políticas públicas integrales que acompañen el crecimiento poblacional, se corre el riesgo de profundizar las desigualdades existentes. Transformar las cifras en acciones concretas es fundamental para que el desarrollo del estado sea inclusivo, equitativo y con visión de futuro.
Redacción: Yucatánalamano.