
Refugios pesqueros permiten mejorar la actividad en la península de Yucatán: pescadores
Conapesca destaca que es una de las herramientas de manejo para alcanzar la sustentabilidad
En un encuentro, promovido por la organización OCEANA, pescadores artesanales de la península de Yucatán destacaron la importancia de los refugios pesqueros para la mejora de la pesca sustentable en la región.
Los asistentes compartieron sus experiencias en el manejo de estas zonas, que les han permitido, según expusieron, incrementar la abundancia marina y conservar los mares que son su principal fuente de ingresos.
Durante tres días integrantes de cooperativas pesqueras de Campeche, Yucatán y Quintana Roo conocieron los esfuerzos que se hacen en lugares como Punta Allen, Banco Chinchorro y María Elena, para realizar una pesca responsable y atender desafíos comunes como la pesca ilegal y la disminución de especies pesqueras.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) los refugios pesqueros es una de las herramientas de manejo para alcanzar la sustentabilidad, pues son áreas perfectamente delimitadas, donde la restricción de la pesca contribuye al desarrollo de recursos pesqueros, promoviendo la protección del ambiente, con el paso del tiempo los refugios se convierten en semilleros que abastecen las zonas circundantes de larvas juveniles y peces adultos.
Los refugios pesqueros están considerados en la Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables como áreas delimitadas con la finalidad de conservar las zonas en donde se reproducen y crecen especies de interés pesquero.
Son propuestos por las propias comunidades por un periodo de tiempo definido y se han convertido en una herramienta de conservación con beneficios pesqueros y sociales, permitiendo la diversificación de actividades económicas, como el ecoturismo y otras actividades no vinculadas a la extracción de recursos del mar.
“Este encuentro sirve de inspiración para pescadores y pescadoras de otras partes del país en donde los refugios pesqueros son una opción para conservar los ecosistemas marinos de los que dependemos todas y todos”, explicó Miguel Rivas, director de Santuarios Marinos de Oceana en México.
De acuerdo con las y los asistentes, los refugios pesqueros han sido una herramienta fundamental para mejorar su actividad y tener un impacto social positivo que les permite diversificar sus ingresos con proyectos ecoturísticos, por ejemplo, así como involucrar a otros sectores de las comunidades como jóvenes y mujeres.
“El refugio pesquero nos ha traído oportunidades de autoempleo y participación en la economía de la comunidad”, comentó Mariela Gómez Dzib, líder de la cooperativa Mujeres del Mar de Punta Herrero, Quintana Roo, un proyecto creado por mujeres que dan hospedaje y alimentación a turistas interesados en conocer un pueblo de pescadores en la costa maya y realizar turismo de bajo impacto.
Victoria Jiménez, coordinadora general de la Alianza Kanan Kay, señaló que el intercambio de experiencias entre pescadores permite fortalecer a la pesca artesanal en México, a través de una red de personas dedicadas a esta actividad que son las primeras guardianas de nuestros mares.
Fuente: La Jornada Maya/Abraham Bote