miércoles, diciembre 4

Reino Unido se queda sin espías… porque a los jóvenes ya no les interesa serlo

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Harry Ferguson, exespía británico, aseguró que los jóvenes están más interesados en luchar contra la desigualdad y la crisis climática; la MI6 está teniendo problema de reclutar a más agentes.

Harry Ferguson nunca pensó en convertirse en espía. En la década de 1980, cuando terminó sus estudios en la Universidad de Oxford (en Reino Unido), sus planes se enfocaban en alistarse en el ejército británico. Todo cambió cuando, en una reunión con su tutor, le sugirió que considerara «otras maneras» de servir a su país. Poco después, Ferguson recibió una carta misteriosa que lo invitaba a una entrevista con un departamento gubernamental. En ese momento, no sabía que esa decisión lo llevaría a pasar las siguientes décadas como espía internacional para el MI6, el servicio de inteligencia del Reino Unido.

«Es como una trampa en la que caes porque piensas: ‘Bueno, sé que probablemente no sea James Bond, pero ¿cómo es realmente?'», explicó Ferguson en una entrevista con la radiodifusora pública australiana ABC. «Vas a una entrevista y a otra entrevista, luego comienzas a entrenar, y antes de que te des cuenta estás encubierto en las profundidades de Nigeria».

A lo largo de su carrera, Ferguson intervino en complots de armas, combatió el narcotráfico y desempeñó un papel clave en las operaciones del MI6 —la agencia de inteligencia secreta británica— en todo el mundo.

Sin embargo, a medida que avanzamos hacia 2024, el reclutamiento de nuevos agentes secretos para las agencias de inteligencia se ha convertido en un desafío mucho mayor que una simple invitación a una entrevista. La próxima generación de espías está desapareciendo, y las agencias de seguridad enfrentan una creciente dificultad para atraer a jóvenes que quieran formar parte de sus filas. La crisis del reclutamiento ha tomado proporciones globales, afectando a los servicios de inteligencia de todo el mundo occidental, y es un problema que sigue creciendo.

Los jóvenes son más escépticos a las agencias de inteligencia
Ferguson, ahora autor y comentarista sobre temas de espionaje, reflexionó sobre cómo ha cambiado la visión de los jóvenes hacia los servicios de inteligencia.

«Desde el 11 de septiembre, Irak y Afganistán, y en este mismo momento, si miras lo que está sucediendo en Gaza y en el Líbano, muchos jóvenes dicen: ‘¿Por qué querría yo contribuir a eso, cuando ustedes no están haciendo nada bien?'» señaló el exespía.

De hecho, en el Reino Unido, el MI5 (servicio de inteligencia interna) ha tenido que recurrir a métodos inusuales, como una campaña en redes sociales, para intentar humanizar la experiencia de los trabajadores jóvenes y convencer a los millennials y centennials de postularse para puestos de trabajo en sus agencias.

El panorama no es muy diferente en otros países. En 2022, el Reino Unido relajó sus restricciones para permitir que ciudadanos con padres nacidos en el extranjero pudieran trabajar en las agencias de seguridad, un intento por ampliar su base de reclutamiento. En Australia, la situación también es preocupante, con autoridades advirtiendo que los jóvenes ya no ven las amenazas tradicionales, como los conflictos bélicos, como sus principales preocupaciones.

El cambio climático, según los expertos, se ha convertido en una amenaza mucho más urgente en la mente de la juventud.

«Si le preguntas a mucha gente de veintitantos años, te dirán, con razón, que los mayores problemas de seguridad que enfrenta el país tienen que ver con el cambio climático», comentó William Leben, experto en estrategia de la Escuela de Seguridad Nacional de la Universidad Nacional Australiana.

Leben argumentó que las agencias de inteligencia y las fuerzas armadas deben hacer un esfuerzo mayor para adaptarse a la nueva realidad y al cambio de percepción sobre lo que constituye una amenaza para la seguridad nacional.

La desconexión entre los jóvenes y el espionaje tradicional

Cuando Ferguson comenzó su carrera en el MI6, la Guerra Fría estaba en pleno auge. Había un enemigo claro y bien definido: la Unión Soviética. Los jóvenes de su generación se sentían motivados a servir a su país, pues el panorama geopolítico era evidente. Sin embargo, el contexto global cambió drásticamente. Las amenazas ya no son tan claras y definidas como antes, y los jóvenes, en particular los nacidos en la era post-Guerra Fría, tienen una visión del mundo distinta.

«Los jóvenes de hoy todavía quieren servir, pero lo ven de otras maneras; el cambio climático, los derechos humanos… hay temas políticos a los que les quieren dar su tiempo», afirmó Ferguson.

Este cambio cultural, según él, está afectando profundamente el reclutamiento en los servicios de inteligencia, y a menudo los jóvenes no se sienten llamados a trabajar en un campo tan asociado con la guerra, la vigilancia y la intriga política.

«Los efectos de este cambio cultural son ligeramente diferentes en cada país, pero estamos notando que el deseo de no hacer del mundo un lugar peor está afectando el reclutamiento», señaló.

Las agencias de inteligencia se enfrentan ahora a una grave crisis de diversidad de pensamiento. Afeeya Akhand, experta del Instituto Australiano de Política Estratégica, subraya que es crucial que las agencias de inteligencia integren las perspectivas de la próxima generación, ya que serán ellos quienes enfrenten las consecuencias de las decisiones tomadas hoy.

«Al no tener esa diversidad de pensamiento, significa que no estamos reflejando lo que piensa la población», señaló Akhand.

La juventud de hoy ve los problemas de manera diferente: mientras el terrorismo y el espionaje siguen siendo relevantes, otros factores, como la pandemia de covid-19 y el cambio climático, también son percibidos como amenazas fundamentales.

La huella digital de la Generación Z: una barrera para el espionaje
Otro de los problemas que enfrentan las agencias de seguridad en la actualidad es la creciente huella digital de los jóvenes. La Generación Z ha crecido en un mundo conectado, donde compartir detalles personales en redes sociales se ha vuelto una norma.

Ferguson señaló que esta tendencia puede complicar la labor de reclutamiento, ya que los servicios de inteligencia necesitan personas que puedan mantener un perfil bajo y operar en el anonimato. Sin embargo, aunque las redes sociales representan un reto, Ferguson también ve en estos jóvenes un potencial valioso: «Las personas que se preocupan por cuestiones como el medio ambiente y los derechos humanos son las mismas personas que también serán excelentes agentes».

El futuro del espionaje podría estar en manos de una generación que reinterpreta lo que significa «servir». A medida que las amenazas globales cambian, las agencias de inteligencia deberán adaptarse a esta nueva realidad y encontrar maneras de atraer a jóvenes comprometidos con problemas globales más allá de las tradicionales amenazas militares.

«A menudo, las personas que se preocupan por cuestiones como el medio ambiente y los derechos humanos son las mismas personas que también se desean porque serán excelentes agentes corredores», dijo. «Las personas que quiero reclutar son el tipo de jóvenes que piensan: «Teniendo en cuenta de dónde vengo y los amigos que tengo, nunca podría ser un agente secreto», pero esas son las personas que pueden trabajar encubiertas y, a menudo, tienen habilidades que aún no conocen».

 

Nota original aquí 

Fuente: Excélsior

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