viernes, noviembre 29

Reserva de Ría Lagartos, Yucatán, en alerta de degradación

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El biólogo ambiental Julián Rojas alertó sobre que la Reserva Federal de la Biosfera de Ría Lagartos se está degradando a causa de varias problemáticas, entre ellas la tala de flora nativa, construcciones de edificios, caza ilegal, sobreexplotación de especies marinas, así como contaminación por agroquímicos y desechos sólidos que impactan el hábitat de numerosas especies.

El experto explicó que desde hace años la vegetación de duna costera se transformó por el establecimiento de plantaciones de coco, particularmente en El Cuyo. Además, esta zona ha sido afectada por la actividad salinera, pues la extracción de su producto alteró los procesos naturales de sedimentación. Asimismo, dijo que la presión demográfica en Las Coloradas y El Cuyo ha contribuido a la deforestación de espacios naturales, lo que se suma a la división de terrenos para venderlos como lotes con la finalidad de construir casas veraniegas y hoteles.

Aunado a lo anterior, Rojas señaló que en la actualidad se registra un grave impacto en los manglares debido al desarrollo urbano, ya que los poblados más grandes como San Felipe y Río Lagartos han ganado terreno al rellenar la ciénaga con desperdicios sólidos para la edificación de viviendas.

Apuntó que en áreas contiguas a las salineras también se observa manglar muerto, como en la carretera que va a Las Coloradas, después del puente, al igual que en el costado Sur del camino costero hacia las bombas de San Fernando. En la playa Las Alegrías se observa lo mismo, pero en menor escala.

Respecto a las selvas, Rojas señaló que uno de los principales problemas en la reserva es el desmonte de grandes extensiones para ser utilizadas en la ganadería extensiva, que es precedida por la roza, tumba y quema.

“Estas prácticas destructivas han provocado la disminución de poblaciones de mamíferos, tales como el jaguar y el ocelote, que están catalogadas como especies en peligro de extinción. Mientras que algunas aves como el zopilote, cigüeña, jabirú y tucán han desaparecido de la reserva, principalmente a consecuencia de la pérdida de su hábitat, derivada de la deforestación”, agregó el biólogo.

Disminución de especies acuáticas

El ambientalista indicó que la presencia de varias especies ha mermado notablemente, por lo que se han programado vedas de manera permanente para animales como el caracol blanco, mientras que otros como el tiburón, lisa y callo de hacha muestran reducciones preocupantes en sus poblaciones.

Otros grupos marinos como el mero, cangrejo moro y pulpo maya muestran signos de sobreexplotación, derivadas de la utilización de equipos no reglamentarios. Por otra parte, existen pesquerías no reguladas, como la del cangrejo maxkil.

“También los ribereños en varias ocasiones han manifestado la extracción ilícita de barcos arrastreros a 15 y 20 brazas de profundidad, cuando lo autorizado son 40”, dijo.

Contaminación química

Rojas lamentó que actualmente no se haya llevado a cabo algún estudio formal sobre los niveles de hidrocarburos en la ría, sin embargo, aseguró que como parte de la actividad pesquera se vierten residuos de aceites y gasolina por mal funcionamiento de motores o tareas de mantenimiento y lavado de lanchas.

Puntualizó que es una amenaza el derrame de hidrocarburos en alta mar, dado que el océano del Litoral Oriente forma parte de las rutas principales de navegación de buques que transportan petróleo.

Agregó que otra cuestión es la contaminación orgánica y por desechos sólidos. Según el Estado, la recolección y disposición final de la basura debe estar siempre incluida dentro del núcleo básico de servicios que cada Ayuntamiento debe prestar a sus comunidades. Por ello, es importante trabajar en coordinación con las autoridades municipales para controlar esta situación, particularmente en las zonas urbanas.

Impactos a las poblaciones de tortugas marinas

“Perros callejeros, mapaches y zorras son los principales depredadores de huevos de tortugas marinas”, explicó Julián. Por otra parte, se realiza la captura incidental y deliberada de quelonios por medio de redes, lo que ha derivado en ocho a 15 ejemplares muertos cada temporada.

Según comentó el biólogo, el desarrollo turístico mal planificado podría convertirse en un riesgo a corto plazo, específicamente en los límites con el Estado de Quintana Roo. La restauración improvisada de la duna costera ha alterado el declive, lo que dificulta o imposibilita el regreso de los reptiles al mar.

Anotó que otro aspecto son los registros de tortugas blancas jóvenes con fibropapilomas, enfermedad que se relaciona con agroquímicos.

Por lo anterior, la comunidad de biólogos hace un llamado a la ciudadanía y autoridades correspondientes para tomar consciencia del estado actual de la reserva de la biosfera, antes de que su degradación sea irreversible.

Nota original aquí

Fuente: PorEsto!/Efraín Valencia

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