Las piñatas artesanales superan los 300 pesos, mientras que las realizadas de forma industrial son más económicas
Las piñatas han tenido un incremento de precio del 50 por ciento, en el Paseo de las Bonitas de Mérida se venden al día unas 500 elaboradas industrialmente.
Además, abundan en diferentes puntos de la ciudad personas que se dedican a la elaboración de las piñatas de manera tradicional, vendiéndolas a personas y negocios de su rumbo, mientras que las de tipo industrial tienen un menor costo.
Personas dedicadas a estas creaciones reconocieron que el costo de una piñata artesanal llega a 300 pesos, mientras que una industrial, cuyos insumos los traen del centro del país, llega a costar la mitad, unos 180 pesos.
Teresa y Esmeralda, quienes se dedican a la venta de estos artículos en la calle de las piñatas o Paseo de las Bonitas, compartieron que en estas fechas han registrado un aumento de ventas de hasta un 50 por ciento, pues ahora comercializan en promedio unas 50 piñatas diarias, aunque el número aumenta viernes, sábado y domingo. En esta calle hay unas 10 tiendas que se dedican a la venta de piñatas.
En estas épocas, las piñatas de estrella siguen siendo las preferidas, seguidas por las de Santa Claus, los renos, aunque también ahora solicitan los pingüinos navideños y las galletas de jengibre.
Elaboración
Personas dedicadas a estas creaciones tradicionales reconocieron que el costo de producción se ha incrementado un 50 por ciento, por el aumento de los implementos, ya que el foami antes tenía un costo de 10 pesos y ahora cuesta hasta 30, el pegamento aumentó de 35 a 60 pesos, y así diversos productos que se utilizan.
Juan Molina Chan y Areley Chan Dzib, dedicados a la elaboración de piñatas artesanales, compartieron que en un día realizan de 20 a 30, dependiendo del tamaño y la forma, el proceso es de tres días entre el armado, secado y picado, dando un poco más de tiempo para las entregas.
El costo de elaboración del producto oscila entre los 110 y 150 pesos, para llegar a la venta en público hasta en 300 pesos. Mientras que las que se venden en la calle de las piñatas son elaboradas de manera industrial, lo que hace que su precio sea mucho menor, van de los 40 a los 180 pesos.
Los procesos de elaboración de piñatas han cambiado, actualmente hay dos técnicas. Molina Chan precisó que la primera es la que se realiza con un globo, periódico y engrudo, que comienza combinando harina de trigo con agua caliente para pegar de 6 a 7 capas de periódico, dependiendo del grosor que se quiera, luego se hacen los picos de papel y se termina pegándoles los diseños que se quieran.
Chan Dzib resaltó que la segunda técnica es la de cartón, mediante cortes precisos que se van acomodando de acuerdo con la figura, cambiando también la forma de pegarlas, pues para hacerlo más rápido se usa el silicón caliente o frío, aunque también se completa con papel para darle más firmeza.
Coinciden en que con ambas técnicas se puede jugar con los colores y formas, se pueden hacer realidad las ideas.
Juan Molina compartió que su gusto por hacer piñatas empezó desde los ocho años y actualmente tiene 42, con poco más de 30 años dedicado a esta labor, lo que le ha permitido mejorar sus técnicas y ahora tiene la oportunidad de dar talleres y cursos a otras personas.
Por su parte, Areley compartió que ella comenzó haciendo piñatas gracias a su abuelo, quien desde los 12 años le inculcó el amor para estos artículos, pese a que su abuelo falleció hace algunos años, ella lo sigue haciendo, lo que le permite que regresen los recuerdos y los momentos compartidos. Además, es algo que le gusta hacer. Personas en el Centro Histórico de Mérida ya comienzan a adquirir sus piezas para disfrutar de las posadas y la Navidad; los meridanos consideran que esta tradición es hermosa y ayuda a la unión familiar.
Miguelito, de 8 años, adquirió en el Paseo de las Bonitas una piñata de Santa Claus, dijo que para él romperla es una gran emoción, ya que le encantan los dulces y espera por muchos meses para tenerla en su casa, le gustan las fechas que se avecinan porque sus primos llegan a su hogar y abren sus regalos juntos.
Por su parte, Miguel Canul, padre de familia, adquirió una piñata de estrella, resaltó que para su familia romper la piñata es algo que los une, tras un año en el que han pasado por problemas pueden estar juntos y compartir estos momentos.
El pasado viernes 16 comenzaron las posadas, que concluyen el próximo sábado 24. Cada uno de los nueve días representa un valor como humildad, fortaleza, desapego, caridad, confianza, justicia, pureza, alegría y generosidad.
Niños y adultos salen a las calles a realizar el “peregrinaje”, que consiste en visitar nueve casas —una por día— hasta encontrar dónde se les dé posada. Al ser una tradición católica, los peregrinos siguen una imagen conocida como “misterio”, que puede ser de la figura de María, José, un ángel o un burrito, además se acompaña de cantos populares y rezos.
Finalmente, los anfitriones ofrecen ponche, cañas, frutas de temporada y una bolsita con dulces y cacahuates llamada colación. Al final de la velada se rompe la tradicional piñata de siete picos.
Fuentes: Por Esto.