Rusia redobla el pulso energético con Europa al cortar indefinidamente el gas
Rusia llevó a cabo la suspensión indefinida del suministro de gas a Europa a través del Nord Stream debido a una supuesta fuga de aceite
Rusia ejecutó hoy la suspensión indefinida del suministro de gas a Europa a través del Nord Stream por una supuesta fuga de aceite, y redobló el pulso con el Viejo Continente de cara al invierno, justo cuando Occidente promueve medidas para poner topes a los precios del petróleo y gas rusos.
Todas las nominaciones para cada franja horaria este sábado se encuentran a cero, cuando ayer por la tarde -poco antes del anuncio de que iba a cortar el grifo completamente mas allá de los tres días de mantenimiento- todo indicaba que iba a reanudar el tránsito, según los datos de la gestora del gasoducto, Nord Stream AG.
— Gazprom (@GazpromEN) September 2, 2022
El gasoducto operaba desde finales de julio solo al 20 por ciento de su capacidad o lo que es lo mismo, transportaba 33 millones de metros cúbicos diarios a Europa, pero aún podía contribuir a llenar las reservas de gas del Viejo Continente.
Ahora el gas llega a Europa únicamente a través de Ucrania, pero también de forma reducida por la operación bélica rusa en ese país (42 millones de metros cúbicos diarios), y por Turquía.
Disputa técnica y “falacia”
A Gazprom, que controla la infraestructura que conecta Rusia con Alemania por debajo del mar Báltico, poco le importó que la Unión Europea (UE) tachara de “falacia” el argumento esgrimido para justificar el corte del Nord Stream.
Tampoco que la empresa alemana Siemens Energy, fabricante de la turbina afectada por la supuesta fuga en la estación compresora de Portovaya, la única aún en funcionamiento, dijera que eso no era un motivo para detener el suministro.
Según Gazprom, el Servicio Federal de Supervisión Técnica de Rusia (Rostejnadzor) advirtió de que el problema detectado no permitía garantizar la explotación segura de la turbina.
Indicó que representantes de Siemens verificaron la presencia del fallo y que la eliminación completa de la fuga “solo es posible” en un taller especializado de la compañía, como ocurrió recientemente con otro motor que fue reparado en Canadá, pero que aún no ha llegado de vuelta de Alemania a Rusia.
La empresa alemana respondió de inmediato que la fuga “no constituye una razón técnica para detener el funcionamiento” del Nord Stream, ya que puede ser sellada “in situ”.
La Agencia Federal de Redes de Alemania coincidió en subrayar que “las deficiencias alegadas no constituyen técnicamente una razón para suspender las operaciones”.
Gazprom aseguró hoy que Siemens “participa en los trabajos de reparación de acuerdo con el contrato actual, detecta fallas, firma un acta sobre la detección de fugas de aceite y está lista para repararlas”, pero que “simplemente no hay lugar para reparar”.
Más allá de las disputas técnicas, para Europa la medida tomada por Rusia no es una sorpresa, sino un “pretexto falaz” y “otra confirmación de su falta de fiabilidad como proveedor”, según dijo el portavoz de la Comisión Europea (CE), Eric Mamer.
Una medida que no sorprende
“Lamentablemente, el movimiento de Gazprom no es una sorpresa. El uso del gas como arma no cambiará la determinación de la UE. Aceleraremos nuestro camino hacia la independencia energética”, aseguró a su vez el presidente del Consjeo Europeo, Charles Michel.
El Ministerio de Economía alemán sostuvo por su parte que “en las últimas semanas ya hemos visto la poca fiabilidad de Rusia y hemos continuado de forma inquebrantable y consecuente con nuestras medidas para reforzar la independencia” de la energía rusa.
Los almacenes de gas de la UE han superado ya un nivel de llenado del 80 %, el umbral que se había fijado el bloque para garantizarse cierto nivel de suministro en otoño e invierno, en especial si Rusia detiene totalmente sus entregas, como en efecto ha ocurrido.
El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, aseguró hoy que la UE “está preparada” para la interrupción del gas ruso, pero que espera que Rusia respete sus contratos.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha reiterado en los últimos meses que Rusia quiere cumplir sus obligaciones, pero no puede por las sanciones, ya que no hay repuestos para las turbinas que fallan o no pueden ser devueltas sin garantías de que no están afectadas por las restricciones occidentales.
Ayer mismo dijo que la fiabilidad del gasoducto está en peligro.
¿Una represalia más de Rusia?
La medida de Moscú se produjo pocas horas después de que el G7 reiterara su propósito de reunir los apoyos necesarios para imponer un tope al precio del crudo ruso y de que la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, propusiera hacer lo mismo con el gas de Rusia.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, apoyó hoy la iniciativa del G-7, al tiempo que urgió a la CE y a Bruselas a que “de una vez por todas y sin justificación alguna” emprendan las reformas que lleva solicitando el Gobierno desde hace un año “para defender a la clase media y trabajadora y al tejido productivo”.
El expresidente de Rusia y subjefe del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, advirtió el mismo viernes de que “no habrá gas ruso” en Europa si se implanta un tope a los precios, mientras que el Kremlin afirmó que simplemente Rusia no cooperará con los países que adopten límites a los precios del petróleo ruso.
Fuente: EFE/López Dóriga Digital