La expedición Ruta INTI ha dado inicio a su novena edición con un acto inaugural llevado a cabo en el impresionante escenario de Chichén Itzá, una de las siete maravillas del mundo. Esta inolvidable aventura, que se desarrollará durante 28 días en distintas localidades de la Península de Yucatán, promete desentrañar «el misterio de las selvas de Kukulcán», conectando a unos 150 jóvenes con la rica historia y cultura de la región.
«No podíamos haber elegido un lugar mejor para comenzar esta expedición», aseguró a los participantes el historiador Fernando Enríquez, director de Ruta INTI. «Probablemente, cuando todos escuchásteis hablar de Yucatán se os vino a la cabeza el nombre de esta gran ciudad, legado de los antiguos Itzaes. Pero lo que significó la cultura maya se pierde en las brumas de la historia. Hoy empezaremos a desvelar esos ‘misterios’ bajo la pirámide que protege a estas selvas y que da nombre a la expedición, Kukulcán».
Separados en ocho grupos y guiados por la asociación de guías «Brujos del Agua», los jóvenes de 18 a 25 años hicieron un recorrido por la ciudad prehispánica, siendo testigos de la resistencia temporal de sus construcciones como el Templo del Sol, el Templo de los Guerreros y la Cámara del Desfile de los Jaguares. En este lugar, la campaña fue testigo de los ‘ecos del pasado’, que por cada aplauso -debido a la acústica que producía su avanzada arquitectura- reproducía sonidos de aves centroamericanas.
De esta experiencia fue testigo la expedicionaria Cristina García Gómez, estudiante de trabajo social de la Universidad de Granada, quien asistió a Ruta INTI gracias al patrocinio del Ayuntamiento de Albacete. «Cuando leí la descripción de Ruta INTI, sentí que era una experiencia inmersiva en todos los sentidos, que no se quedaba simplemente en lo superficial. Tener la oportunidad de vivir esta experiencia y de forma becada es algo que no termino de asimilar del todo. Parece un sueño», relata la joven de 21 años. Una de las 16 becarias de esta edición.
Horas más tarde, los ruteros se dirigieron en bus hacia el suroeste yucateco y tras una caminata de 4 kilómetros llegaron al interior de la Hacienda San Juan Bautista Tabi. Un antiguo complejo azucarero y henequenero de 1.355 hectáreas, ubicado desde el siglo XVII en la Sierrita de Ticul, donde fueron recibidos por el sacerdote maya Edgar Peraza Chan, quien pidió el permiso de la tierra para comenzar y recibir la expedición. El primer grupo colectivo que visita el lugar en 33 años.
La luna cayó sobre el frontis de la hacienda, donde los ruteros instalaron parte del campamento. Antes de cerrar la primera noche, la renombrada corresponsal española y embajadora de Ruta INTI 2023, Almudena Ariza, le dirigió unas palabras al grupo: «Como reportera me ha tocado viajar por 30 años alrededor del mundo y creo que -sin duda alguna- viajar te hace mejor persona. Te hace sentir más tolerante, más comprensivo y ser más empático con los demás. No tengo duda alguna de que este viaje va a ser así y que será un aprendizaje en muchísimos aspectos. En convivencia, exploración y autoconocimiento».
La familia inteña permanecerá durante cuatro días en la Hacienda de Tabí, antes de emprender camino hacia Oxkintok y Calakmul. Durante estas jornadas, los ruteros se comprometen a mantener una huella de carbono negativo, reafirmando su compromiso con la sostenibilidad y la conservación del entorno natural. A su vez, la universidad itinerante se centrará en distintas áreas del conocimiento – como la bioconstrucción, el cultivo de árboles y el monitoreo del ecosistema- y, por primera vez, incorporará formación específica relacionada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Redacción: Yucatánalamano.