La escasez de agua en Texas complica los términos del tratado de aguas de 1944 y las relaciones diplomáticas con México, mientras la sequía agobia a la región fronteriza.
La disputa entre México y Estados Unidos por el agua está llegando a un punto crítico a medida que empeora la escasez y la sequía en comunidades de Texas. Este conflicto, que se remonta a décadas atrás, ha tomado más fuerza luego de que congresistas amenazaran con retener fondos federales a otros acuerdos binacionales si nuestro país no cumple con un tratado firmado hace 80 años.
A principios de este mes, un grupo bipartidista de legisladores de Texas exigieron a la Cámara y al Senado estadounidenses retener fondos para México hasta que éste cumpla con lo prometido en el tratado firmado en 1944, el cual obliga a nuestro país a repartir equitativamente el agua del Río Bravo y cooperar en el manejo de su flujo.
Según este acuerdo, México debe enviar 1.75 millones de acres- pie a Estados Unidos cada cinco años (el acre-pie es una unidad de volumen equivalente a aproximadamente 1,233 metros cúbicos). Sin embargo, los parlamentarios estadounidenses argumentan que las entregas que ha realizado México han sido inconsistentes y han intensificado la escasez de agua que afecta a agricultores del sur de Texas.
En este sentido, la Comisión Internacional de Límites y Aguas establece que México tiene hasta octubre de 2024 para cumplir con el envío del recurso, cuando aún le quedan más de 700 mil acres- pie por entregar.
Crisis de agua en Texas impacta industrias
En su columna Parteaguas titulada ¿México está secando a McAllen?, el columnista de El Financiero, Jonathan Ruiz Torre, aborda este tema y advierte que el problema ya afecta a la actividad agrícola de la región e incluso al crecimiento urbano.
“Cerca de Sonora, en Arizona, los desarrolladores ya no obtienen permisos para construir nuevas casas. En junio del año pasado las autoridades los prohibieron en zonas aledañas a Phoenix.”. destaca Ruiz Torre, quien agrega que las constructoras ya proponen “medidas desesperadas” como la de llevar agua de mar desde el golfo de California para después desalinizarla.
De igual modo, indicó que hace dos meses, “cerró el último ingenio azucarero de Texas, eliminando 500 empleos y 100 millones de dólares anuales en ingresos para la economía de Santa Rosa, cerca de McAllen”. Además, la actividad agrícola en esa zona “prácticamente ha desaparecido” y los granjeros ahora viven de apoyos gubernamentales.
El columnista también alertó que la presa Falcón, ubicada entre Ciudad Guerrero, Tamaulipas y el condado de Starr, en Texas, se seca todos los días, por lo que ya se está considerando limitar el suministro de agua al consumo humano.
“El problema cada vez apunta más a México como vía de solución para los estadounidenses, que no están acostumbrados a limitar ningún tipo de consumo.”, apunta Ruiz Torre.
¿Qué es el Tratado Mexicano de Aguas de 1944?
México y Estados Unidos han firmado dos acuerdos diplomáticos para distribuir el agua de tres ríos transfronterizos: Bravo/Grande, Colorado y Tijuana.
El primer acuerdo fue el Tratado de Agua para el Valle de Juárez de 1906, donde se asignó a México un volumen anual de 74 millones de metros cúbicos del Río Bravo.
Posteriormente, con la firma del Tratado Internacional de Aguas de 1944, en la cuenca del Bravo, se acordó que México deberá entregar anualmente un volumen de 432 metros cúbicos, mientras que en la cuenca del Colorado, Estados Unidos entrega a México un volumen de 1,890 metros cúbicos anuales.
Este último pacto estipula que Estados Unidos cumplirá con su entrega de agua cada año, mientras que México podrá hacerlo en períodos de cinco años.
Fuente: El Financiero