Ante el aumento de lluvias y las altas temperaturas, las farmacias y tiendas de autoservicio en Mérida han registrado un incremento en la demanda de repelentes para mosquitos. La presencia constante de estos insectos, especialmente en colonias cercanas a cuerpos de agua o con deficiente drenaje, ha llevado a muchas familias yucatecas a adquirir múltiples presentaciones de repelente para protegerse del dengue, zika y chikungunya.
Actualmente, los precios de estos productos varían entre 65 y 160 pesos por frasco, dependiendo de la marca, el tipo (spray, gel o natural) y la concentración del activo repelente.
En promedio, una familia de cuatro personas podría gastar entre 200 y 500 pesos al mes solo en repelentes, especialmente si cada miembro necesita su propio envase para llevar a la escuela, trabajo o actividades al aire libre. A esto se suma el uso adicional en patios, terrazas, ventanas o dentro del hogar, lo que obliga a reponer los productos constantemente.
Frente a este gasto constante, muchas personas han comenzado a buscar alternativas más económicas y accesibles para hacer frente a la plaga de mosquitos.
Una de las soluciones más prácticas es la elaboración de repelente casero con ingredientes fáciles de conseguir, como alcohol, agua purificada, glicerina y aceite esencial de citronela. Esta mezcla se puede aplicar sobre la piel, la ropa o incluso en cortinas y puertas, y ofrece una protección efectiva sin necesidad de invertir grandes cantidades de dinero.
En una ciudad como Mérida, donde el calor y la humedad son constantes, contar con opciones caseras puede ser una forma inteligente y sustentable de cuidarse durante todo el año.
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Fuente: El Momento Yucatán
