Este aumento está muy por encima del promedio nacional de 5.8 % y continúa una tendencia que ya acumula más de dos años con tarifas escolares que suben por encima de la inflación, lo que afecta especialmente a los hogares de clase media que optan por este tipo de educación.
Presión sobre las finanzas escolares
El alza se debe a múltiples factores, entre ellos el incremento en los costos operativos de las escuelas, en donde los sueldos y prestaciones del personal docente representan casi el 50% del gasto total. También inciden el encarecimiento de los servicios, insumos, y las cargas fiscales, elementos que obligan a las instituciones a ajustar sus tarifas.
La Asociación de Escuelas Particulares del Estado ha advertido que, de mantenerse esta presión financiera, algunas escuelas podrían cerrar al no poder sostener sus operaciones con los nuevos costos.
Aumento generalizado, pero Yucatán lidera
Aunque otros estados también han visto aumentos importantes en la educación privada —como Chihuahua y Tlaxcala, con alzas del 7.8 %, y Nayarit, Chiapas y Michoacán con incrementos entre 7.3 y 7.6 %—, Yucatán encabeza la lista con el mayor ajuste en todo el país.
El encarecimiento afecta todos los niveles educativos. Las guarderías y centros de cuidado infantil han experimentado un alza promedio nacional del 7.2 %, lo cual impacta directamente a familias en donde ambos padres trabajan. En Yucatán, este sector también vio incrementos relevantes.
En los niveles de educación básica —preescolar, primaria y secundaria— los aumentos superaron el 10%, mientras que en el nivel superior, las universidades privadas del estado registraron una subida histórica del 12.4 %, la más elevada en el país, lo que representa una carga extra para quienes buscan opciones fuera del sistema público.
Impacto desigual en los hogares
Este panorama representa una presión considerable para los presupuestos familiares, sobre todo entre las clases medias que optan por educación privada como garantía de calidad. Según datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (Enigh 2024), los hogares de menores ingresos destinan menos de 500 pesos trimestrales a educación, mientras que los de mayores ingresos superan los 9,800 pesos en el mismo periodo, lo que evidencia la brecha en el acceso educativo.
Los especialistas señalan que los aumentos no son aislados, sino resultado de factores estructurales como el costo del personal, el mantenimiento de instalaciones y las obligaciones fiscales. Si bien los aumentos más altos se registran en educación básica y universitaria, se prevé que niveles como bachillerato puedan experimentar ajustes más moderados.
Sin embargo, el impacto ya es tangible: muchas familias se ven obligadas a reconfigurar sus gastos o buscar alternativas, y algunos colegios ya prevén posibles cierres si no logran mantener su viabilidad financiera. Esto podría acentuar la brecha entre instituciones con altos estándares y aquellas con menos recursos.
¿Qué medidas pueden tomarse?
Ante esta situación, voces expertas y algunas autoridades educativas han propuesto acciones como la regulación moderada de las tarifas en el sector privado, incentivos fiscales para escuelas, ampliación de programas de becas y subsidios, y mayor inversión pública para fortalecer la educación estatal.
También se ha planteado la necesidad de que las instituciones privadas transparenten sus estructuras de costos y que se impulsen políticas que garanticen el acceso equitativo a una educación de calidad.
Lo que sucede en Yucatán refleja una problemática más amplia a nivel nacional, pero también representa un caso extremo del aumento sostenido en los costos escolares. El desafío es claro: asegurar que la educación no se convierta en un privilegio, sino que siga siendo un derecho viable para las familias yucatecas.
Redacción: Yucatánalamano.
