viernes, febrero 28

Tekit, entre la tragedia y la tradición: así luce el pueblo un mes después de la muerte de “El Wero”

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Hace un mes el nombre de Tekit se escuchó en todo el país por el linchamiento de Ismael Alejandro Abán Canché alias “El Wero”, un joven enfermo psiquiátrico y con problemas de adicción a las drogas ilícitas, que antes asesinó con un tronco de madera a Candelaria Sosa Poot en su domicilio.

La muerte de Abán Canché tuvo amplia difusión porque fue arrebatado a la policía estatal y municipal, recibió una golpiza y fue quemado vivo ante los ojos de agentes y una turba de habitantes furiosos por el asesinato de la señora Candy, una mujer de la tercera edad y en cuya casa, según denunció la madre de “El Wero”, sus hijos vendían droga conocida como “cristal”.

A un mes de esa tragedia, el panorama en Tekit es distinto: la población no está temerosa, los patrullajes del convoy de la policía estatal y la Guardia Nacional se retiraron, las actividades cotidianas se normalizaron, la venta de guayaberas, ropa típica bordada y artesanías sigue su buen ritmo y hoy empieza el Carnaval 2025 que durará hasta el miércoles con la imposición de ceniza, lo que marca el inicio de la Semana Santa.

Todo volvió a la normalidad con la detención de cinco personas por el linchamiento de “El Wero”, pero el padrastro del joven dice que faltan otros involucrados, principalmente aquellos que entraron violentamente a la casa a buscarlo, a su paso rompieron cristales de las ventanas y puerta y agredieron a Leticia Canché, madre del joven.

Sin huellas de un linchamiento en Tekit

El sitio de la masacre y quema de “El Wero” perdió toda huella de los hechos de la noche del lunes 27 de enero pasado por el paso del tiempo.

La huella carbonizada desapareció, la cruz de cal blanca no se distingue y no hay flores ni veladoras en ese lugar de la tragedia que sacudió a este pueblo y a todo Yucatán.

El parque central de esta población recibe en sus bancas a decenas de henequeneros jubilados que platican amenamente en grupos sobre los acontecimientos diarios. Cuando alguien toca el tema hablan sobre el primer linchamiento ocurrido en Tekit el 27 de enero de 2025.

“Aquí el pueblo está tranquilo. Es tranquilo, como que nada pasó”, comentó el ejidatario jubilado Víctor Chan Suárez, quien cortó su plática con su compañero Cornelio López en el parque para responder las preguntas del reportero.

“Solo fue ese caso, ya es antiguo, es un momento nomás. Aquí había lastimado como a ocho personas, había matado y eso molestó más a la gente. Roba, lastima, te tira en la cara aunque no le hagas nada, lo agarran y lo sueltan al día siguiente”.

El señor insistió que la vida en Tekit ya se normalizó y la gente sigue visitando el pueblo para comprar guayaberas, que es la primera actividad económica del pueblo.

“No estamos como en Tabasco, allí si está cab…”, comparó la tranquilidad en Tekit y la violencia extrema en ese estado del sureste del país. “Ya se calmó la gente, nos duele lo que pasó, nos da lástima el pobre muchacho, hace tiempo que estaba enfermo, es la droga”.

La madre de “El Wero”, Leticia Canché, ya no habita su casa del cerro, frente al cementerio donde está enterrado su hijo.

Su tristeza, dolor y depresión hizo que su hija María se la llevara a su casa de Kanasín para que cambie de ambiente. Estará fuera del hogar por algunas semanas, según dijo su pareja Roberto Cervantes Tun, quien vive en la casa que está vigilada por la Secretaría de Seguridad Pública, que hoy asignó la camioneta 6658.

El cuarto donde dormía “El Wero” sigue intacto: su altar a la santa muerte sigue en el lugar, su hamaca está colgada, su balón de fútbol está en un lado y las bolsas de botellas pet están en su mismo sitio. Ahora solo se complementa con veladoras en el piso de tierra.

Ventas de guayaberas en Tekit

Las ventas en las tiendas de ropa típica del centro del poblado y sus alrededores no disminuyeron. Reciben compradores entre semana y en mayor volumen los domingos cuando se triplica las ventas de guayaberas, vestidos y blusas bordadas y artesanías.

El reportero solicitó una entrevista con el alcalde de Tekit, José Antonio Sosa Hernández, del PAN, quien estaba en su oficina, pero por medio de su secretaria informó que tenía una cita urgente en Mérida y no era posible atenderlo en este día.

A diferencia del día del doble asesinato, el Palacio Municipal de Tekit retiró la guardia de policías municipales que controlaban el acceso y mantenían cerrada la reja de las escaleras que llevan a la oficina de Sosa Hernández. Hoy, el acceso es libre y sin ningún impedimento.

Linchamiento no afectó las ventas

La encargada de la tienda “Mi lindo Tekit, la casa auténtica”, Lupita Echeverría Pérez, informó que este “accidente” no afectó la dinámica de venta de guayaberas y ropa típica. Desde ese día hasta hoy, los clientes siguen llegando a la capital de la guayabera, diario venden algunas prendas bordadas o artesanías y los mejores días son los sábados y domingos, con mayor afluencia en este último día.

La proveeduría de guayaberas y ropa típica a tres puertos turísticos de México tampoco se afectó y los talleres de todos trabajan con normalidad. De hecho, casi la totalidad de Tekit trabaja en la confección de guayaberas, ropa típica y artesanías mayas por lo que esta industria textil no para porque tiene buena demanda en el mercado local, regional y nacional.

Con orgullo, Lupita Echeverría recordó que sus guayaberas las han comprado y vestido artistas, políticos y empresarios, lo que es una garantía de calidad de la prenda que vende la tienda de ropa típica yucateca.

Nota original aquí

Fuente: Diario de Yucatán

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