Pero quienes más la viven son los propios habitantes de la comisaría meridana de Xmatkuil, que aprovechan el evento para generar un ingreso adicional instalando puestos de comida, bebidas y productos artesanales en las calles cercanas al recinto ferial.
Francisco Balam Poot, vecino de la zona, explicó que los beneficios económicos de la feria no se limitan a los expositores o negocios dentro del recinto, ya que los habitantes del poblado también logran obtener parte de esa derrama.
“La gente nos prefiere porque aquí la comida cuesta entre 15 y 50 pesos menos que allá adentro. Muchos dicen que en la feria todo está más caro, así que antes de entrar o al salir se detienen a comer aquí”, comenta Francisco. “Gracias a eso, sí nos va bien. Ya sabemos cuánto cobran allá y por eso mantenemos precios normales”.
Durante los días que dura la feria, las familias instalan desde puestos de antojitos y refrescos hasta pequeños locales de artesanías o plantas ornamentales. Las ventas comienzan temprano, cuando llegan los visitantes, y se extienden hasta la noche, al cierre del recinto.
Además, algunos vecinos optan por rentar los frentes de sus casas a expositores que no alcanzaron espacio dentro de las instalaciones. “Hay quienes venden figuras de barro, adornos navideños o plantas. Así todos ganamos algo”, agrega el joven.
La Feria Yucatán Xmatkuil, además de ser uno de los eventos más importantes del estado, representa una oportunidad económica para decenas de familias locales que, con creatividad y esfuerzo, convierten su comunidad en una extensión viva del ambiente festivo.
Redacción: Yucatánalamano.
