Especialistas exhortan a los padres a monitorear el crecimiento y desarrollo de sus hijos, pues esta condición se puede tratar a tiempo.
Especialistas en endocrinología pediátrica estiman que en Yucatán, tres de cada diez menores de cinco años puede llegar a presentar talla baja, condición que si se detecta a tiempo se puede tratar.
El crecimiento físico de los niños refleja las condiciones de desarrollo y la calidad de vida en la que se desenvuelven. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Enasaut) Continua 2021, el 12.6 por ciento de los niños menores de cinco años tiene talla baja en México.
Ante este panorama, los especialistas hacen un llamado a los padres de familia para estar al pendiente de la talla de sus hijos y todas las situaciones físicas y emocionales que pueden causar que un niño o niña tenga talla baja.
Debido al reciente con-finamiento a causa del Covid-19, el crecimiento y desarrollo de los niños se vio alterado. Muchos padres dejaron de llevar a sus hijos a consulta médica para valorar el peso y la estatura.
Además, los espacios para realizar ejercicio o alguna actividad estuvieron cerrados, por ello hubo un aumento en la prevalencia del sobrepeso y obesidad. Adicional a dejar de hacer ejercicio, se presentaron problemas de depresión y ansiedad, que afectaron aún más a la población infantil.
La Dra. Angélica Licona, gerente médico de enfermedades raras de Novo Nordisk, mencionó en entrevista desde la Ciudad de México que, el desarrollo es un proceso en el que la hormona del crecimiento desempeña un papel muy importante.
“Esta hormona es producida por la glándula hipófisis y, además de estimular el desarrollo y crecimiento en todo el cuerpo, asegura huesos fuertes y saludables; regula el metabolismo del organismo, especialmente el balance entre músculo y grasa; desarrolla y mantiene los órganos del cuerpo y promueve niveles adecuados de energía”, indicó.
La especialista dijo que factores como estrés, malos hábitos como sedentarismo, alteración en los horarios de sueño-vigilia, uso prolongado de dispositivos electrónicos, una alimentación deficiente o desórdenes genéticos, pueden contribuir a restar algunos centímetros al crecimiento infantil y demandan la oportuna intervención de padres de familia y profesionales de la salud.
“Los médicos sabemos que, en las niñas, el desarrollo de la adolescencia pueda iniciar entre los 8 y 12 años y, en los niños, entre los 9 y los 14 años, pero debido a la pandemia, el desarrollo se ha acelerado y esto representa un problema, ya que los cartílagos de crecimiento se cierran de manera más temprana, lo que provoca que estos niños y niñas no alcancen el pronóstico de estatura”, aseveró.
“Otro importante factor que puede afectar el crecimiento infantil es la afición a los dispositivos, que altera los horarios de sueño-vigilia de los niños. Mientras más horas dediquen a los videojuegos o ver videos en plataformas electrónicas y se desvelen en forma habitual, menos centímetros van a crecer, ya que el 70% de la hormona del crecimiento se libera entre las 10 de la noche y las 6 de la mañana, siempre y cuando los niños estén en sueño profundo”, advirtió la Dra. Licona.
Finalmente, la especialista señaló que una dieta saludable contribuye a que el crecimiento y desarrollo del niño sean óptimos.
“La dieta diaria de un niño debe incluir proteínas, carbohidratos y grasas de buena calidad, así como abundantes frutas y verduras. Es necesario evitar el consumo excesivo de grasas saturadas, azúcares, carbohidratos y alimentos procesados o industrializados, y siempre seguir las indicaciones del pediatra”, concluyó.
Fuentes: Novedades Yucatán/José Salazar.