miércoles, noviembre 27

¿Cómo se identifican los trastornos alimenticios? Una experta responde

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La psicóloga Lucero Peña dio a El Heraldo Digital algunos consejos a los padres de familia que tienen hijos con trastornos alimenticios

Las redes sociales se han convertido en un espacio seguro para muchos pacientes con trastornos alimenticios, ya sea para contar sus historias y darle visibilidad al tema o para mostrar su avance en tener una relación sana con la comida; sin embargo, lo anterior también ha abierto las puertas a que muchos usuarios se autodiagnostiquen con algunos de los principales problemas que detona tener una mala alimentación y que en la mayoría de los casos también se relaciona con la imagen corporal que un paciente tiene de sí mismo.

En un momento en el que encontrar hashtags como #TrastornoAlimenticio, #TCA, #Alimentacion alcanzan millones de visitas, El Heraldo Digital conversó con una profesional de la salud quien destacó que los problemas con la comida que no siempre son trastornos, sino conductas alimentarias de riesgo. Asimismo reveló algunos consejos para que los padres de familia puedan atender este tipo de situaciones en adolescentes.

No todos los problemas con la comida son TCA

Para aclarar la confusión que existe en redes sociales y en la población al nombrar a todo como Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA), conversamos con la psicóloga clínica y creadora de contenido Lucero Peña, mejor conocida como «Pesos Emocionales» en plataformas como TikTok e Instagram. Y sobre ello la experta aclaró algunas de las dudas más frecuentes cuando familiares, amigos o el propio paciente comienza a detectar problemas con su forma de alimentarse.

«Quiero hacer una separación, una cosa es un trastorno de la conducta alimentaria, que eso ya es un diagnóstico, y otra cosa es presentar conductas alimentarias de riesgo», indicó.

Agregó que un trastorno de la conducta alimentaria «representa una serie como de checklist o de síntomas de acuerdo a cierto trastorno en constancia, tiempo, frecuencia, modos y a partir de eso dices ‘ok, ya es trastorno’, pero mientras eso no suceda, mientras no exista este diagnóstico o no está el tiempo o la frecuencia suficiente es una conducta de riesgo alimentaria». En ese sentido, Lucero Peña también destacó la importancia de tener claros estos dos términos y no confundirlos.

«Qué pasa ahorita en redes sociales, que todo es TCA, porque el nombre es súper pegajoso, qué bueno que se visibilice, pero sí hay que tener muy en cuenta esto. Cuando hay conductas de riesgo alimentaria puede ser desde una mera restricción, un mero atracón, algo como que pase de forma aislada. A qué me refiero de forma aislada, a que no es diario, a que no es durante 6 meses, que de todo un mes te la pasaste (haciéndolo) 20 días, eso ya es el trastorno», acotó.

¿Cuáles son los principales trastornos alimenticios?

Tras señalar las principales diferencias entre pacientes con un diagnóstico de trastorno alimenticio y una conducta alimentaria de riesgo, Lucero Peña también enlistó los trastornos alimenticios más comunes; sin embargo, hizo énfasis en que sólo hay dos profesionales de la salud que pueden detectarlos: los psicólogos o psiquiatras. Pues a diferencia de lo que se cree, un nutriólogo no tiene la facultad para hacerlo.

«La forma en la que tú puedes diagnosticar un trastorno de la conducta alimentaria solamente lo hacen dos profesionales, un psicólogo clínico y un psiquiatra, un nutriólogo no lo hace, un nutri entra en el acompañamiento o en el tratamiento multidisciplinario desde la parte de la nutrición», detalló a este medio.

En ese sentido agregó que los casos más comunes de trastornos alimenticios son la anorexia, bulimia, los atracones, la vigorexia y la ortorexia, así como pasar el día «picando comida». Por supuesto, no son los únicos y sobre ello especificó que hay pacientes que pueden llegar a tener otro tipo de complicaciones: «Estos son los principales y ya de ahí se pueden derivar otros más, pero ya es muy extraño el caso», dijo.

Anorexia. Se da cuando las un personas tienen miedo intenso a aumentar de peso, incluso si están en el adecuado. Lo anterior ocasiona que pierdan más peso de lo recomendado para su edad y estatura.
Bulimia. En este caso el paciente puede tener periodos de atracones y posteriormente elimina la comida de su organismo por medio de vómitos o laxantes para evitar subir de peso.
Atracones. A diferencia de la bulimia, los atracones son por un apetito desenfrenado y sentir que no tienen control sobre lo que comen.
Vigorexia. Mientras que en este caso, la persona tiene una obsesión por ganar masa muscular a causa de una distorsión de la imagen corporal.
Ortorexia. Se da cuando las personas tienen una obsesión por sólo ingerir comida sana.

¿Qué puedo hacer si soy padre de familia y mi hijo tiene un TCA?

De acuerdo con la experta, las madres y padres de familia también pueden apoyar a sus hijos cuando reciben el diagnóstico de un trastorno alimenticio y para ello compartió los dos consejos fundamentales que son clave para que les puedan brindar todo su apoyo.

Por un lado, la psicóloga especificó que lo primero que tienen que hacer los padres es «informarse de cómo es todo este proceso de las conductas alimentarias de riesgo, de cómo nosotros o nosotras ejercemos el estigma de peso porque también es algo de muy aprendizaje social».

Mientras que el segundo consejo es precisamente el aprendizaje social y relacionarlo con que tanto las abuelas, las madres y padres, además de los hijos crecieron en contextos diferentes y por lo tanto sus aprendizajes de lo que se considera como «normal» es muy diferente.

«Alguien que vivió en los 60 su etapa como joven adulta o adolescente va a tener una perspectiva muy diferente a hoy por hoy en el 2022. Entonces es también comprender cómo el contexto juega en el estigma de peso. Las abuelas era de ‘tú, a ver enfajadada, en corset, no puedes engordar’ y eso es un aprendizaje que pasa a la siguiente generación, y la siguiente generación va pasándolo. Entonces, cómo hacerlo es empezar a cuestionar y empezar a informarte con cuentas basadas en evidencia, que sean éticas, que no se vayan a discursos radicales», concluyó.

Fuente: Excélsior

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