viernes, noviembre 22

Limitar el uso de las redes sociales, una herramienta contra la ansiedad

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Reducir el uso de las redes sociales a apenas 30 minutos al día sería la clave para disminuir la ansiedad, la depresión, la soledad y el miedo a perderse algo, plantean unos investigadores.

Esto fue cierto entre universitarios participantes en nuevo estudio, que limitaron ellos mismos su uso de las redes sociales, con frecuencia con éxito y a veces intentando usarlas solo un poco más, por dos semanas.

“Pienso que, por un lado, los resultados son más bien ilógicos, ¿no? Si hablara con muchas personas le dirían que las redes sociales son la forma en que gestionan el estrés, se entretienen y se mantienen conectadas con otras personas. Pienso que la percepción típica es que las personas usan las redes sociales para sobrellevar las cosas”, señaló la autora principal, Ella Faulhaber, estudiante doctoral de interacciones entre humanos y computadoras en la Universidad Estatal de Iowa.

Faulhaber dijo que obtuvieron respuestas interesantes cuando les preguntaron a los participantes sobre su experiencia.

“Muchos dijeron que al principio tuvieron problemas, pero que entonces se dieron cuenta de que dormían mucho mejor, que en realidad conectaban más con personas en la vida real, y que se mantenían ocupados con otras cosas”, apuntó.

Los hallazgos concuerdan con advertencias recientes del cirujano general de Estados Unidos, doctor Vivek Murthy, y la Asociación Estadounidense de Psicología (American Psychological Association), en el sentido de que la salud mental de los jóvenes se ha visto afectada negativamente a medida que su uso de las redes sociales se ha disparado.

El equipo de Faulhaber trabajó con 230 universitarios y pidió a la mitad que limitara su uso de las redes sociales a 30 minutos al día. Recibieron recordatorios diarios.

Al final, esos estudiantes tuvieron unas puntuaciones significativamente más bajas de depresión, ansiedad, soledad y miedo a perderse algo, en comparación con el grupo de control, a los cuales no se pidió que limitaran las redes sociales.

El primer grupo también tenía una perspectiva vital más positiva.

Faulhaber admitió que le emocionó encontrar que el bienestar de los participantes mejoró en todas estas dimensiones.

Incluso los estudiantes del grupo de la autolimitación que no cumplieron de forma estricta el límite de los 30 minutos experimentaron beneficios psicológicos.

“Nunca seremos perfectos, pero esforzarse de verdad realmente hace una diferencia”, observó Faulhaber.

Permitir a los participantes autolimitarse les dio una mayor responsabilidad personal.

“Uno crea concienciación. Fija un cronómetro. Quizá se vuelve más consciente del uso”, apuntó la autora del trabajo. “Siento que la mayoría de las personas ni saben cuánto tiempo ha pasado cuando navegan sin sentido. Y también debemos tener en cuenta que la mayoría de las plataformas de redes sociales se han diseñado o creado para fomentar esto”.

Faulhaber afirmó que ésta es la “era de la ansiedad”. Pasar tiempo con las personas en las redes sociales o en Zoom simplemente no puede reemplazar el contacto personal.

Otras investigaciones sugieren que el uso activo de las redes sociales, por ejemplo comentar en la publicación de un amigo o enviar un mensaje directo, tiene menos consecuencias negativas que solo navegar y consumir.

“Para mí, la conclusión es que sin duda es alcanzable”, indicó Faulhaber. “Este experimento de verdad muestra que si intenta limitar su uso de las redes sociales, es efectivo y podría de verdad hacerlo sentirse mejor”.

Howard Liu, psiquiatra y presidente del Consejo de Comunicaciones de la Sociedad Estadounidense de Psiquiatría, revisó los hallazgos.

Liu señaló que las personas son criaturas sociales e, incluso antes de la pandemia, experimentaban mucha soledad, como ha apuntado el cirujano general de Estados Unidos.

“Pienso que todos anhelamos conexión, y las redes sociales parecen ofrecerla, pero no es exactamente lo mismo que la realidad”, lamentó.

El miedo a perderse algo con frecuencia hace que sea difícil salir de las redes sociales una vez comienza a usarlas, advirtió.

Dijo que valoraba el experimento en el mundo real de este estudio. “Media hora es razonable, es algo bastante fácil de recordar. Pienso que de verdad fue positivo”, apuntó. “La conclusión es que parece que las personas en general son un poco más felices, y pienso que esto es importante”.

Aunque quizá no haya suficientes terapeutas para satisfacer la necesidad de atención a la salud mental de los estudiantes universitarios, este estudio ofreció un ejemplo útil de cómo podría ser la prevención, aseguró Liu.

También sugirió que limitar las redes sociales haciendo equipo con un compañero podría funcionar.

En el tiempo que ahorra al reducir las redes sociales, una persona podría hacer ejercicio, que se ha mostrado que reduce la ansiedad y es buena para la salud del cerebro, recomendó Liu. Hacer ejercicio al aire libre es incluso más útil desde la perspectiva de la salud mental.

Hacer conexiones en la vida real con otras personas también podría ser una buena forma de pasar el tiempo que se ha recuperado. Quizá se trate de tomar un café con un compañero de habitación o llamar a un ser querido por teléfono.

La meditación de mindfulness puede ser asimismo una actividad valiosa, aunque solo cierre los ojos y se concentre en su respiración durante cinco minutos.

El sueño igualmente puede ayudar y es una mejor opción a navegar en el teléfono a la hora de irse a dormir, cuando se absorbe que interfiere con el ritmo circadiano del cuerpo.

“Hay muchas cosas que no se llevan demasiado tiempo con que podríamos sustituirlo fácilmente”, subrayó Liu.

La investigación se publicó en la revista “Technology, Mind and Behavior”.

Nota original aquí

Fuente: Diario de Yucatán/HealthDay News

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