Hoy se cumple 35 años de que uno de los fenómenos naturales más fuertes azotó la Península de Yucatán; el Huracán Gilberto tocó tierra por sorpresa en 1988, provocando múltiples daños a viviendas, árboles caídos y sin servicios básicos como luz y agua por días.
El meteorólogo Juan Vázquez Montalvo, del Comité Institucional para la Atención de Fenómenos Meteorológicos Extremos de la Universidad Autónoma de Yucatán (Ciafeme), compartió, que este fenómeno en su momento fue considerado como el huracán del siglo, debido a la potencia, la fuerza de sus vientos y que superó los mil kilómetros de diámetro.
“Se formó un 8 de septiembre de 1988 como Depresión Tropical en el Mar Caribe, el 10 se convirtió en Tormenta y adoptó el nombre de Gilberto, que rápidamente, el 11 de septiembre, fue nombrado como huracán categoría 1 cuando se encontraba al Sur de La Española y el 13 de septiembre alcanzó su fuerza máxima con categoría 5 y con vientos 275km/h y rachas de 325 km/h”, recordó.
También que, teniendo esa fuerza catastrófica, se enfiló para atacar de frente a Cancún, Quintana Roo, que vivía un boom con turistas de alto poder adquisitivo, ingresando en un punto cercano a Puerto Morelos a las 7:00 horas del 14 de septiembre.
“Cruzó por el norte de Quintana Roo y en Yucatán por Tizimín a las 15:00 horas, salió a las aguas del Golfo a las 18:00 horas por Progreso y Telchac Puerto”.
Resaltó que al entrar al Estado era categoría 4, sus vientos sostenidos alcanzaban de 209 a 250 km/h.
Señaló que el ojo de huracán, que fue algo nunca vivido en Mérida, paso lentamente con rachas para esta zona de 200 km por hora.
Afirmó, que en aquella época la cultura de la prevención contra los huracanes era incipiente y se manejaban por lo que decían las personas mayores.
En este sentido, destacó que dejó un precedente, los yucatecos aprendieron a respetar este tipo de fenómenos meteorológicos.
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Fuente: PorEsto!/Daniel Santiago
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