miércoles, noviembre 27

Herencia macabra del Covid-19 en Yucatán: sepultureros narran sus experiencias

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Aunque están acostumbrados a ver y manejar restos humanos, a los sepultureros no les deja de sorprender el estado en que recientemente han encontrado cadáveres de personas cuyos deudos solicitan la exhumación de los restos áridos, como una macabra herencia del Covid-19.

Tras vencerse el plazo de renta de fosas, personas solicitan que se saquen los restos de sus familiares, y los sepultureros se han topado con cuerpos de fallecidos por Covid-19 a medio descomponer.

Una de las prácticas comunes que se realiza en los panteones municipales es la renta por un mínimo de dos años de fosas cuando los dolientes no cuentan con los recursos suficientes para adquirir una propiedad, que tiene un precio actualmente de 14 mil pesos.

Al vencerse el plazo, los familiares solicitan la exhumación de los restos óseos para colocar en urnas que se guardan en osarios que adquieren.

Herencia del Covid, dicen

Sin embargo, recientes exhumaciones han sorprendido a los sepultureros pues al destapar las fosas se encuentran con los cadáveres en pleno proceso de descomposición, cuando por lo general se desintegra en un lapso de dos a tres años.

Según los trabajadores del cementerio, los cuerpos dan la impresión de que hace menos de un año que fallecieron por los fuertes olores que desprende y los líquidos que conservan.

En este sentido, manifiestan que algunas personas manifiestan que su familiar falleció por Covid-19 pero hay otras que se limitan a dar información, y ocasionan que los sepultureros abran las tumbas para extraer los restos cuando aún no ha llegado su tiempo.

Incluso, a raíz de las primeras exhumaciones se dieron indicaciones a los sepultureros de no realizar la exhumación y esperar hasta que se cumpla cuatro años para extraer los restos.

Medidas por el Covid-19 a los muertos

Los trabajadores precisan que cuando se registran los decesos por Covid una de las medidas que tomaron las funerarias al realizar el servicio era sellar completamente los cuerpos de los difuntos al grado de envolverlos incluso con dos bolsas de plástico, lo que creen que ha influido en que sea más lenta la descomposición.

Indican que en recientes exhumaciones ha habido malos entendidos con familiares de los fallecidos pues no manifiestan que el difunto murió por Covid-19 y temen adquirir el virus.

Sin embargo dice que lo hacen con las debidas protecciones desde guantes y cubrebocas.

Por eso, tras esas experiencias, ahora han optado por primero preguntar la causa del fallecimiento y recordar a los familiares el mínimo de tiempo para los que fallecieron por Covid.

Si la respuesta es positiva no se realiza el proceso de exhumación y se les sugiere pagar la renta que falte hasta que se cumpla los cuatro años.

Nota original aquí

Fuente: Diario de Yucatán

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